Mansión de Hisa.
Sala.
Hisa, Gojo y Gabriela estaban leyendo unas invitaciones.
- Mira, Kane, vamos a ir a una boda.
- Hey...
Kane no sabía por que estaba tan contenta.
- Esa es mi Kane.
Dijo Hisa mientras acariciaba su cabecita.
- ¿No van hacer despedida de soltero?.
Pregunto Gabriela.
- Pues si, esta noche nos iremos de marcha.
- Pero esta vez nos controlaremos para que no pase nada malo.
- Supongo que vamos a pasar la noche a solas, Kane.
- Abita...
Gabriela agarra a su pequeña nieta.
- Te voy a preparar un delicioso zumo de mango.
- Si quieres nos puedes acompañar, mama, puedo contratar a una niñera.
- No, gracias, prefiero pasar la noche con mi nieta.
- Abita...
- Y Kane quiere pasar la noche con su abuela.
- Esta bien, pasadlo bien y no os acostéis tarde.
- Eso también es aplicable para vosotros.
- No te preocupes, mama, solo vamos a charlar y a tomar unas copas.
- Esta vez vamos a tener autocontrol.
- Más os vale.
- Confía en nosotros, Gabriela.
- Conozco perfectamente tu grupo, Gojo...
- S-sí...
- Me pregunto quien será la siguiente en recibir unos buenos cuernos.
- Te prometo que no pasara nada de eso, Gabriela.
- Más os vale, cómo me entere de que Fuutaru o tú les habéis puesto los cuernos a mi hija o mi sobrina...
Dijo Gabriela con una mirada asesina.
- No se preocupe, no pasara nada de eso.
- Esta bien.
Dijo Gabriela con una gran sonrisa.
A la mañana siguiente...
Casa de Robert.
Habitación de invitados.
Gojo dormía tranquilamente en el suelo con una corona en la mano. Estaba rodeado de botellas de alcohol vacías.
- Despierta... Colega...¡Despierta, gilipollas!.
- ¿Eh?... ¿Qué?.
- Joder, al fin despiertas.
- ¿Dónde estoy?.
- Estas en mi casa, puto subnormal, ¿no te acuerdas?.
- Pues no, no recuerdo nada.
- No jodas... Pues me da pereza contarte lo que paso a noche.
- Esta bien, en ese caso me marchare.
- ¿No piensas llevarte a tus súbditos?.
- ¿Qué súbditos?.
- Todos esos negros que están en la sala dijeron: "Somos los súbditos del rey Gojo".
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¿ Tu volveras?- Sono Bisque Doll wa Koi o Suru
Fiksi PenggemarMarin y Gojo era un matrimonio feliz...