Manos a la obra

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El chocolate caliente se lo terminó en cuestión de segundos, pero aún así, se quedó sentada en la butaca contemplando Tokio. Todavía su respiración estaba entrecortada, pero se estaba obligando a sí misma a dejar de llorar.

Estando ya más tranquila, dejó la taza en el fregadero y moviéndose por la inmensa oscuridad de la casa, subió a su habitación.

Un dolor punzante se hizo presente en sus piernas, y no era por hacer ejercicio, era lo opuesto. La chica pedía su comida por internet (si es que miles de pizzas, hamburguesas y galletas repletas de chocolates se puedan llamar comida) el repartidor lo dejaba en la puerta de la casa y ella simplemente cuando tenía hambre bajaba como un zombie o un gusano, que esto podría llegar a durar unos diez minutos. Una vez en el piso inferior, cogía la puerta y ahí mismo se ponía a comer, sin olvidar el detalle de que seguía llorando. Ese era el único "ejercicio" que había hecho en toda la semana.

Al llegar, recogió el diario que anteriormente había lanzado contra la pared y sacudió su mano quitando polvo imaginario. Volvió a sentarse en la cama, pero esta ya le parecía incómoda de haber estado tanto tiempo echada sin hacer absolutamente nada, así que decidió ir a su escritorio.

Abrió su diario lentamente, viendo las miles de páginas que había escrito desde que conoció a Rin. El fue la razón por la que empezó a escribir en el diario, según su yo anterior sería un mini álbum de fotos. Que terminó siendo eso, junto grandes textos  en donde se  explayaba escribiendo sobre el.

Se recostó en respaldo de la silla que se inclinó un poco por el peso, mirando hacia el techo un cosquilleo en la punta de la nariz apareció y pequeñas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.

No. No iba a llorar, pero no conseguía pensar en su ruptura sin llorar así que dejó el boli en el escritorio y cogió su móvil, que se encontraba en una mesita al lado de su cama.

Al desbloquearlo, miles de notificaciones empezaron a salir en la pantalla del móvil. Nuevas actualizaciones, llamadas perdidas y lo que más resaltaba, esos cientos de mensajes sin leer.

Entró a WhatsApp, la mayoría de mensajes eran de su mejor amiga Katia. Tenía mensajes de ánimo y se había molestado en pasarle todos sus apuntes. Y aquí venían, más ganas de llorar, esta vez no era por el chico, sino por lo buena que era su amiga. Aguantaba todos sus cabreos, caprichos, lloriqueos, todo. Y ella ni siquiera era capaz de responderle un mensaje, otra vez la culpa hizo aparición en su corazón.

Siguió viendo mensajes, algunos eran de otros amigos preguntando como estaba y un par de sus padres. Y hablando del rey de Roma, bueno reina, una llamada entrante de su madre hizo que su móvil empezase a vibrar.

Grandes suspiros se escapaban de su boca para poder poner una voz natural y no una la cuál dejase ver que había estado más de 48 horas llorando.

- Hola mamá

- Hola cariño, ¿cómo estás?- escuchaba la voz cariñosa de su madre atraves del móvil - que haces despierta tan tarde, creo q son las tres o cuatro de la mañana ¿ no ?

- Estoy bien mamá, lo que pasa es que no podía dormir porque... hacía mucho calor- la chica nerviosa tuvo que inventar una excusa, tenía que evitar a toda costa decirle la verdad a su madre. Y no significaba que no le tuviese confianza, solo que no se sentía demasiado segura de contárselo. Se podría decir que tenía un poco de miedo a lo que podría ser su reacción.

- Me lo suponía, aquí en Miami está igual, hasta un huevo se podría freír en mi cabeza- la joven mujer soltó una pequeña risa, la cuál hizo sonreír a su hija- por cierto, ¿ cómo te está yendo ? ¿ te tomaste todos los medicamentos ? ¿ según el calendario hoy era el último día ?

La castaña se quedó descofigurada, no tenía idea a que se refería su madre. El cerebro de la joven empezó a maquinar y en los recuerdos del fin de semana anterior recordó la otra excusa que se había inventado. Y esa era que se había puesto mala de vómitos, sí , no se le había ocurrido otra cosa.

A su madre no se le escapaba ni una, ya que justo hoy era el último día en el que la chica podía tomar el medicamento y debería de estar más fresca que una rosa.

- Eeh si si estoy mucho mejor, ya no tengo ningún síntoma- su respuesta no sonó demasiado convincente, parecía que estaba preguntando.

- Aaah me alegra oír eso, entonces ya puedes ir al instituto. Estoy harta de todas las notificaciones que mandan, es que no sé cansan o qué- la menor soltó una risa  medio rara, mientras que su madre resoplaba- me tengo que ir, debo de hacer otro viajecito y me toca pilotar esta vez.

- Está bien mamá.

- Vete a dormir ya qué es muy tarde ¿ vale ? Te quiero- anunció antes de despedirse y colgar.

- Yo también te quiero mamá- la voz estaba más apagada, obviamente a la castaña no le había gustado nada la noticia de volver al instituto.

Osea si quería ir, para ver a sus amigas y pasarla bien, pero por ahora se negaba. De seguro que con la mala suerte que le perseguía, lo más pobrable es que se encontrara con un chico de ojos celestes y eso no entraba en sus planes.

Pero había pasado una semana entera sin ir al instituto y eso podría afectar a su enseñanza. Menos mal que gracias a su mejor amiga Katia, está al corriente de las clases y le pasa todos sus apuntes. Los cuales, no ha ni tocado. Mañana se pondría manos a la obra y empezaría a pasar todo a limpio.

Su cerebro no podía más con el cansancio, además de que ya se tenía que poner las pilas. No podía pasarse toda su vida llorando por alguien y holgazeando por ahí y eso solo se consigue con energía, es decir, durmiendo.

Se metió en su cama, por tercera vez o cuarta en la noche miró directamente al diario. Estaba decidido, mañana escribiría sobre aquello y dejaría todo, pasaría de página.

Rin Itoshi ya no existiría para la castaña.

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Holaaaa !! Aquí la autora, ¿ qué os ha parecido el capítulo de hoy ?

En el siguiente por fin tendremos uno narrado por la protagonista en vez de narrador omnisciente.

Por cierto, por si tenéis dudas, el oficio/trabajo de la madre de T/N es piloto. Por eso cuando la llama se encuentra en Miami. Más adelante descubriremos cuál es el del padre.

Espero que les haya gustado :) y que esperan por el siguiente capítulo...

En el amor todo es principio y fin, ¿ O no ? ( Rin X Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora