En el amor todo es principio y fin, ¿ O no ? ( Rin X Tu )

Visitas inesperadas

Que mierda hacia Sae Itsohi en mi maldita casa, y lo más importante ¿ Qué quiere de mí ?

Mis amigas se asomaron por el marco de la puerta y me miraron como unas suricatas. Obviamente querían saber quién era, pero yo no les podía decir por varias razones.

1. Natt es súper fan del fútbol y conoce perfectamente a Sae Itsohi, así que le daría un patatús al verle.

2. Las demás le echarían de casa nada más saber que es hermano de mi ex.

3. Sae... bueno es Sae y no creo que se lleve bien con ellas.

En mi mente revoloteaban las múltiples ideas que podía poner como excusa, pero solo una podía ser la más convincente.

- Eeeh es... ¡ el vecino ! Se me había olvidado que teníamos que revisar los conductos de la luz porque... porque estaban defectuosos eso es- sonreí y pestañeé repetidamente.

- Y nosotras que haremos en ese rato- vale, había colado. Pero ahora necesitaba saber como podía amansar a estas fieras.

- Oh, tengo el uno y el parchís, están en la estantería de- todas salieron para arriba pitando, dejándome con la palabra en la boca.

Volví a mirar por la mirilla y se vio a un Sae un tanto molesto volviendo a tocar el timbre. Me alejé de la puerta y grité " ya vooy ", debía creer que estaba haciendo cosas. No que estaba en medio de la puerta inventando excusas.

Abrí la puerta y fingí un gesto de sorpresa.

- ¿ Sae ? ¿ Qué haces aquí ?

- No te emociones, vine obligado- habló con obviedad, desde un principio siempre sentí que no le caí bien, pero durante el tiempo vi que el era así con todo el mundo.

- Sé que tu y mi hermano han roto- aah, que directo, como siempre- bueno, la cosa es que a Rin le faltan sudaderas y ese tipo de rollos. Se supone que las tienes tú, así que debes devolvérselas.

No lo podía negar, es verdad que tenía bastantes cosas de él. Pero es porque tiene un buen estilo, ¡ vale !

- Aah, no te preocupes yo mañana se lo devuelvo. Por cierto, ¿ por qué no vino el a decírmelo ?- si ya de por si, que Sae venga a decirme algo hasta mi casa es raro. Es aún más raro cuando se trata algo relacionado con su hermano.

- Sencillo, porque tenía entreno y como yo no tenía nada que hacer me obligaron- junté mis labios formando una línea y asentí- Adiós.

Dijo sin más, se dió la vuelta y se fue por el portón del edificio. Aaah, que raros que son los Itoshi. Puse mi espalda contra la pared y eché mi cabeza hacia atrás cerrando mis ojos.

¿ Por qué no vino Rin a decírmelo?

A lo mejor el Rin que todo el mundo conoce le parece una acción que el haría con mucho orgullo. Pero ese Rin no era el que yo conozco ¿ Enserio fue por el entrenamiento ? No... puede ser que si tuviese, a lo mejor tenía ¿ miedo ? O simplemente no me quería ver. Suspiré por séptima vez este día y salí de mis pensamientos.

Después de la pequeña interrupción, volví a mi cuarto, el cual parecía una jungla.

Como ya era tarde me ayudaron a recoger y cada una se fue para su casa.  Sé que antes me comía la cabeza con contarle todo a las chicas por si necesitaba su ayuda. Pero... esto era algo diferente, no lo sé. Solo siento que esto debía quedarse conmigo y con nadie más.

Estas semanas las había pasado llorando, parece que el destino no quiere romper la racha porque con esto iba a llorar y mucho. Pero sería otro día, ya había hecho demasiadas cosas.

Hoy no me apetecía cenar, así que simplemente me cambié y me fui directa a dormir. Mañana sería un largo día...

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Al escuchar la alarma hice mi rutina matutina como todos los días, también esperé a Katia para ir juntas al insti.

Las clases habían sido un muermo y si le añadimos la voz aburrida de los profesores, es aún peor. Pero debía pensar en positivo queda menos para que se acabe y poder llegar a casa.

Por fin llegó última hora y desgraciadamente nos tocaba educación física. No es que odie la asignatura, pero a última hora...me deban ganas de pegarme un tiro.

- Espero que hayan estirado y entrenado muy bien esta semana porque hoy nos toca uno de los retos anuales más importantes, el reto cardiotop.

- Nooooo por queeee, que mal que yo hice para merecer esto- medio grité al escuchar esas duras palabras. Se empezaron a escuchar murmuros quejándose igual que yo, aunque algunos ya se habían puesto a pelear sobre quien era mejor.

El cardio top, consistía en una tortura que nadie querría tener. Debes de correr una distancia o tiempo acordado y no puedes pararte hasta conseguirlo. Esto simplemente nos hacía demostrar cuanta resistencia tenemos.

- Esta vez aumentaremos el tiempo diez minutos más, así que tendrán que correr durante 30 minutos- el profe se sentó en las gradas y agarró su tablet- pueden coger sus dispositivos y poner música. Empiecen cuando quieran.

- Aaaah- suspiré- que asco, voy a quedar como un flan. No creo poder hacerlo- me quejé con mis amigas.

- Anda ya, si tu juegas fútbol, para ti va a estar chupadísimo- dijo Katia con un tono de obviedad.

Me giré indignada, no sé supone que es mi amiga, me debería apoyar, no exponerme.

- Pero si no he entrenado desde hace casi un mes, lista- hablé, mientras, coloqué bien mi mochila para poder buscar mis cascos.

- Pfff eso da igual, al menos haces ejercicio- habló alejándose ya que ella ya estaba preparada. Mientras que yo luchaba por encontrar mis cascos, al fin los vi y pude ir con las demás para poder prepararme.

Empezamos a correr todos a la vez, yo iba junto a Katia. Aunque no pudiese hablar porque si no me asfixiaría me gustaba tener a alguien al lado mío, en momentos intercambiamos algunas palabras o tarareabamos alguna canción pero nada en especial.

Todo estaba yendo bastante bien hasta que escuché unos pasos muy fuertes justo detrás mío. Nada más girarme vi a esa manada de orangutanes deportistas corriendo hacia mi para adelantarme, apurada miré a algún lado para apartarme. O me quitaba por mi misma o ellos me quitaban, volví a girar mi cabeza hacia atrás pero fue demasiado tarde.

- ¡ Alerta roja Katia ! ¡ ESTAMPIDA !- escuché su risa a lo lejos, parece que si le dió tiempo de alejarse pero a mi no. Me quedé en medio del cúmulo de los tíos, que se empujaban entre sí haciendo que pisase a gente o me tropezase.

Hasta que uno me apartó y pude salir de ahí, había avanzado bastante. No veía a mi mejor amiga por ningún lado, seguramente estaba atrás, pero no me podía parar debía seguir aunque fuese sola. Ya que el profesor estaba acechando como un águila.

Volví a retomar mi carrera con más ánimos, pero vi a una figura situándose a mi lado. La cuál me quitó mi auricular dejándome de un lado del oído sin escuchar la canción.

- Pero que se supone que haces- hablé molesta intentado recuperar mi casco.