Un traidor de cuatro patas y bigotes

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Abrí los ojos lentamente, tenía un dolor horroroso en la espalda. Levanté la cara de lo que parecían ser mis apuntes, me había quedado dormida, como no.

Me quité algunos papeles que se me habían quedado pegados en la cara, ya no me servían para nada. Miré el reloj justo enfrente mío, las cinco de la mañana.

Pues vaya manera de despertarse, mirando el lado bueno, tengo algo más de tiempo para prepararme. Me levanté de la silla y me estiré todo lo que pude, creo que hasta escuché algunos huesos estallarase. Y es normal si te pegas toda una noche durmiendo en un escritorio.

Preparé todo para que estuviese todo listo, volví a mi habitación al recordar que olvidé coger el libro de inglés. Me agaché junto al escritorio y mi vista no pudo contener mirar hacia la caja.

El reloj marcaban que eran las menos cuarto, tenía tiempo de sobra...pero lo que no me sobraba era la valentía para volver a abrir esa caja.

Quien diría que abrir una caja desteñida causaría tanta inquietud en mi. Bueno, en realidad no era la caja en si, era lo que obtenía adentro.

Como si fuese de cristal empecé a abrir los pliegues, el aroma de Rin se hizo presente en el aire.

Agarré su sudadera favorita, la de color azul marino que se ponía una y otra vez sin descanso. Y que me la dejó en una muestra de cariño...

No lo pude evitar y aspiré un poco de su aroma, cerré los ojos, dios que bien olía. Ese perfume que siempre se ponía me volvía loca, aún más cuando le abrazaba y me quedaba en el hueco de su cuello, descansando del agotador día.

Seguí sacando cosas y poniéndola en una caja más bonita, pues todavía no se las había devuelto. CD's de sus pelis favoritas, algunas fotos de cuando fuimos a la playa o feria, esas pulseras que hicimos juntos y un pijama de seda para cuando se quedaba a dormir en casa.

Auch. Esto dolía bastante.

"¿ Qué se supone que estoy haciendo ? "

Cerré las cajas y las aparté, son las seis y media ¿ Y ya me estoy poniendo sentimental ? Dios, seguramente parecía loca hablando así de él... o no, a lo mejor es que estaba demasiado enamorada.

Agarré mis cosas y salí de mi casa, una fresca brisa me hizo tener un escalofrío. Tendría que haberme puesto un suéter...

Mis llaves salieron volando seguido de un pequeño salto,ya que justo al mirar al frente me encontré a una gato mirándome fijamente.

- Madre mía, Rinrin, casi se me sale el corazón por tu culpa- recogí mis llaves y empecé a acariciarlo mientras ronroneaba en respuesta a los mimos.

Hacía tiempo que no le veía por las calles, bueno, desde que rompí con Rin. ¿¡ Acaso todo está en torno a él hoy ?!

Pasé mi mano por su lomo para acabar en su mentón, pero me dió un mordisco juguetón.

- Ayy, eso ha dolido sabes - me salió un pequeño punto de sangre en el dedo, Rinrin me miraba con esos ojos azules, como si no se hubiera arrepentido.

Se bajó del muro con su típica elegancia meneando su cola de un lado al otro, se sentó a un lado de la callé y empezó a maullar.

- ¿ Qué te pasa ? Estás muy raro - me acerqué a él y justo se puso en pie, caminó por la calle mientras giraba de vez en cuando su cabeza.

- ¿ Quieres qué... te siga ?

Rinrin maulló, sorprendiéndome aún más.

- Vale, vale. ¿ Tendré esquizofrenia ?- me pasé las manos por mi cara, el gato empezaba a impacientarse y siguió por su camino.

En el amor todo es principio y fin, ¿ O no ? ( Rin X Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora