Capitulo 20: Vivir o no vivir

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Advertencia: Se hablará de necrofilia y demás cosas que se han tratado a lo largo del Fanfic.

Vivir o no vivir, una gran dilema que he tenido mientras voy caminando al lado de este hombre, mi corazón palpitaba a toda velocidad, como si quisiera escapar de mi interior, mis piernas apenas me mantenían firme, en cualquier momento harían el amargó descanso que no quería que llegara. Quería huir, quería volver a comer del pecado de la libertad como hice con anterioridad cuando escapé de mi infierno, pero la suerte no me acompaña, como si las divinidades me hubieran abandonado a mi merced ¿hice tanto daño a alguien?.

¿Alguna vez tuve libre albedrío? Quizás solo seguía el destino que me marco una deidad caprichosa, una deidad que quizás vio mi vida pasada y vio todo lo que hice pero ¿Porque era tan cruel conmigo? ¿Qué hice para merecer esto? Solo quería estar libre, estar muerto. Lo que más quiero en estos momentos es descansar en paz, ya no estar en este mundo tan corrompido con tanta perversidad, malicia, avaricia, que tantas cosas crueles tienen las personas. La voz en mi cabeza solo repetía una y otra vez que era una persona horrible que me merecía todo lo que me está pasando, que era mi castigo por escapar del infierno que vivía con ese bastardo noruego, la voz en mi cabeza repetía una y otra vez que la muerte que yo anhelaba nunca iba a llegar, y si llegaba iba ser la más dolorosa, más dolorosa que el infierno de donde me escape.

– Pequeño, ya llegamos –esa voz tan raposa hizo que me exaltara porque tan sumergido en mis pensamientos que no me daba cuenta como mis piernas caminaban por sí solas, siguiendo los pasos del contrario – ¿me oyes o no? –Su tono de voz se hizo más tosco hasta el punto que hizo que diera un pequeño salto desde mi lugar–.

– S-si –Mi voz salió temblorosa, hubiera seguido su instinto que le decía que saliera corriendo pero ya era demasiado tarde para aquello– S-solo me dis-distraje, s-señor.

–Entonces no te distraigas, porque ya llegamos a la habitación que va ser para ti –Sus sucias y asquerosas manos se posaban en mis delgados hombros debido a mi notable desnutrición que sufrí debido a mi encierro– Sígueme pequeño –Mis ojos pudieron apreciar como este saca una llave de sus bolsillos y con esta abrió la puerta –

Sentía mi corazón latir de manera rápida, se quería escapar de entre mis costillas y como no, el hombre había de manera muy lenta la puerta como si fuera un show de TV de esos que hacían que los segundos se convirtieran en minutos o horas para crear tensión para los espectadores; en este caso yo era un espectador que la intriga lo estaba comiendo por dentro, un olor putrefacto llegó a mis fosas nasales no pude aguantar aquel olor que tuve que tapar mi nariz.

Mis cuencas se abrieron como si fueran dos platos, como un niño mirando a sus padres en el acto, en este caso estaba viendo el cuerpo de mi madre tirada en la cama de la habitación con un vestido blanco, una especie de orejas de goma puntiagudas y a su alrededor había diferentes tipos de flores pero lo que más impactó fue el hecho que el cuerpo estaba en estado de putrefacción, gusanos se estaban comiendo la piel de esta y pude ver que existían signos de abuso sexual al cadáver de mi mamá, me causo repulsión y solo quería salir corriendo para poder vomitar la comida que con anterioridad el me ofreció.

–¿No te gusta mi ninfa? Se ve tan bonita, me dan ganas de meter mi pene de nuevo en sus vagina –Esas palabras me causaron más repulsión, quería salir corriendo pero mi cerebro aún estaba procesado la imagen que veía mis cuenca y mis piernas aún no reaccionaban– ¿Sabes que es lo mejor? ¡Ahora tengo otra ninfa que está viva y puedo disfrutar más! –Aquel tono de euforia hizo que se me erizan los pelos, quería gritar pero mi cuerpo estaba en estado de shock, el único movimiento que hice fue echarme hacia atrás–.

—No, no, no, no –Las primeras palabras salieron de mi boca, mis pasos comenzaron a ser más rápido para poder escapar – ¡NO VOY A VIVIR OTRO INFIERNO PORQUE TU NO ME MANDAS IMBÉCIL! –Aquel grito salió desde muy dentro de mi garganta, algo que hizo que me doliera pero no me importaba porque si salí de un infierno no iba caer en otro–.

Mis piernas comenzaron a correr por sí solas para poder huir de ese psicópata que escuchaba sus pasos seguirme, tenía tanto miedo hasta el punto que las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas. ¡Era vivir o no vivir!

Continuará. . .

¡Tu ya no me mandas, imbécil [Tordtom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora