Capitulo 24

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La cancion que os recomiendo en este capitulo es de la banda sonora de la segunda temporada
Disfrutad mucho 💛


Eloise y su madre aparecieron por el final del pasillo y Violet fue automáticamente hacia Colin.

- ¿Se sabe algo hijo? -preocupada.

- No, no sé nada aún.

- Seguro que se pone bien ten fe -le dijo su madre abrazándolo. Lo estaba consolando como cuando se caía de pequeño. Solo que esta vez no era quién estaba herido- Eloise ve a cambiarte antes de que avisemos a su madre. No deben verte así.

Eloise asintió y cuando pasó al lado de Colin, le apretó el brazo en señal de apoyo. Se pasaba la mano por el pelo una y otra y otra vez y paseaba de arriba a abajo. 

- Cuando papá murió…¿Qué sentiste? -preguntó Colin a su madre.

- Sentí que el mundo se me venía encima y que no iba a ser capaz de seguir adelante. Pero tuvo que hacerlo por vosotros y por tu hermana que venía en camino.

- Yo…no sé que pensar mamá. Si Penelope muere yo -la voz ni siquiera le salía con total claridad, la garganta se le cerraba y solo salían lágrimas.

- Shhh -dijo sosteniéndolo de nuevo- Eso no va a pasar, así que ni me lo planteo. Estáis destinados a acabar juntos.

Hasta que por fin la puerta se abrió y apareció el médico que había estado cuidando de Pen este tiempo.

- Dígame que no está muerta por favor. Si va a decirme que la mujer que está en esa cama ya no es Penelope, mejor no diga nada

- La señorita Feathington afortunadamente está viva. Pero sí que es cierto que ha perdido mucha sangre y está un poco desorientada todavía. Es conveniente no moverla hasta que se recupere del todo.

- Voy a avisar a su familia -dijo Daphne.

- Yo le acompaño a la puerta -dijo Violet.

Colin sintió que querían dejarlo a solas para ver a Penelope tranquilo sin que nadie lo vigilara. Tenía miedo, tenía mucho miedo de lo que se iba a encontrar. Agarró el pomo de la puerta y lo giró poco a poco hasta que por fin la puerta se abrió. Entró a la habitación de un solo movimiento y ahí estaba, viva.

Se acercó a la cama rápidamente y su corazón volvió a latir de nuevo al ver que no se había ido, por lo que sus lágrimas no tardaron en salir de sus ojos. También estaba aterrado porque en su rostro todavía no estaba esa tez melocotón de la que se había enamorado. Pero sabía que estaba ahí.

Le cogió la mano y la puso en su cara no sin antes besar la misma.

- Dios Santo Pen. No vuelvas a hacerme esto. No te permitiré que vuelvas a darme un susto de tal calibre porque sino te juro que yo mismo iré a buscarte al cielo para que los dos bajemos al infierno. No voy a permitir que mi mundo exista sin el tuyo a mi lado. Eres mi luz y mi día, mis ojos y mi alma. Si tu corazón se llega a parar, el mío lo hará. Ayer te dije que te quería , lo grité a los cuatro vientos. Y me da igual que estés dormida pero hoy te digo, ya no que te quiero, sino te amo. Te amo con todo mi ser, con toda mi existencia y no voy a dejar de hacerlo ni cuando mi corazón se detenga ni cuando mis pulmones dejen de respirar -Colin se sentó al lado de Penelope y le pasó una mano por pelo hasta llegar a su mejilla donde le dio una suave caricia- Creía saber de amor, creía saber lo que era estar enamorado porque en realidad lo que estaba era cegado, ilusionado, pero nada más lejos de la realidad. Por ti Penelope sería capaz de hacer arder el mundo con tal de que permanezcas a mi lado. Contigo he aprendido lo que es amar, lo que es enamorarte de las pequeñas cosas; desde un simple gesto a la hora de caminar hasta el simple sonido de tu risa al escucharme hablar. Nunca entendía porque eras la primera persona a la que buscaba, a la que le confiaba mis deseos, a la que le confiaba mis sueños . A la que le confiaba mis inquietudes y a la que le obviaba a veces mis sentimientos. Pero ahora lo entiendo porque muy en el fondo yo ya estaba aceptando, yo ya estaba asumiendo y dándome cuenta de que tu ibas a ser la persona capaz de que todo eso se hiciera realidad, la persona que iba a conseguir que mis días y mis noches se llenaran de felicidad plena. Y aunque no me estés escuchando, repetiré esto una y otra vez durante el resto de mis días si decides convertirte en mi esposa. Porque no hay nada más que desee en este mundo y en este momento que Penelope Featherington, mi Penelope, se convierta en la persona capaz de hacer realidad todos mis sueños.

Colin tuvo que limpiarse alguna que otra lágrima y apoyó su frente con cuidado en la de Penelope. Era su otra mitad, su persona. Era la sangre que corría por sus venas y sin ella no podría existir. Se acercó lentamente y no pudo aguantar más. Puso sus labios sobre los de ella y le supo casi como si estuviera tocando el cielo. Estaban ellos dos y el mundo, nadie más.

- ¿Se puede saber qué está haciendo señor Bridgerton?

Colin se giró rápidamente y vio a Portia, Felicity y Lord Bastian en la puerta. Su semblante cambió por completo ya que se dio cuenta lo que acababa de pasar.

- ¿Cómo se atreve a deshonrar a mi hija de ese modo? -dijo Portia visiblemente afectada.

- No puede dejar en deshonra a la joven señor Bridgerton -dijo Lord Bastian.

Aparecieron Violet y Daphne por detras y no entendían que estaba pasando.

- ¿Lady Featherington qué está pasando?

- Pasa que su hijo acaba de deshonrar a mi hija -confesó Portia.

- ¿Como? -Violet y Daphne a la vez.

Felicity fue hacia su hermana aun inconsciente y le cogió la mano al igual que había hecho Colin momentos antes.

- Se casará con mi hija en cuanto esté en condiciones de salir de esa cama ¿Me ha entendido?

- Me encargaré personalmente de que así sea -dijo Lady Bridgerton.

- Me da igual que vosotras lo veais como una ofensa -dijo Felicity refiriéndose a las madres- Creo firmemente que el señor Bridgerton lo único que ha hecho ha sido tener un acto de amor hacia Pen ya que ha estado apunto de perderla. Nadie puede tomar eso como una deshonra. Y nadie me hará cambiar de opinión.

- Me parece muy bien lo que dices -dijo Lord Bastian- Pero estamos hablando del honor de tu hermana y de que si alguien más se llegara a enterar, sería la ruina para toda la familia.

Colin sabía que tendría que casarse con ella tal y como le había pedido Portia y no había cosa que deseara más que convertirla en Penelope Bridgerton, pero no le gustaba que fuera de esa forma que fuera así, obligados porque no saliera el rumor. Pero si tomando esa decisión salvaba a toda la familia, a las dos familias de la ruina, lo haría con los ojos cerrados.

- Necesito silencio .

Todos se giraron al escuchar ese hilo de voz y vieron que Penelope estaba abriendo los ojos poco a poco, lo que causó una gran alegría a todas las personas que había allí. En especial a Colin que pasó de llorar de tristeza a llorar de felicidad en tan solo un segundo. Volvió al sitio donde estaba antes poniéndose al lado de Felicity y le dio un beso en la frente a la que ahora era su prometida. Dios, su prometida.

- Hermana -dijo Felicity apretándole la mano - Nos has dado un susto muy gordo. Ni en mi boda podías quedarte quieta -bromeó Felicity.

Penelope solo podía pensar en el atrevimiento de Colin de besarle la frente delante de todo el 
mundo sin importarle nada.

- Me duele la cabeza -dijo respirando profundamente.

- Bueno ahora no tenemos que molestar, y menos teniendo que preparar otra boda -dijo Violet- Asi que salgamos todos de la habitación que Penelope tiene que descansar.

- De que boda están hablando -preguntó Penelope a Colin, el cual tragó saliva y no le dio tiempo a contestar.

- De la vuestra querida! -exclamó Portia con fervor- En cuanto puedas salir de esta habitación, el señor Bridgerton y tú os casaréis a la mayor brevedad posible.

Flawless my dearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora