Capitulo 28

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Antes de que comenceis a leer, se que estais deseando de que llegue cierta parte pero os aseguro que la espera merecerá. O eso pienso yo XD .

Penelope asintió y poco a poco fueron avanzando hacia el altar. El semblante de Colin iba cambiando a medida que se iban acercando, pues había pasado de un estado de nervios total a sonreír y reír para sí mismo como nunca antes lo había hecho con nadie. Incluso se le escapó alguna lágrima que tuvo que quitar con rapidez. Aquella era Penelope y aquello era amor.

Cuando llegaron al altar, Anthony cogió la mano de Penelope y la puso encima de la de Colin.

- Espero que seas todo lo digno que ella merece -dijo mirando a Colin con una sonrisa.

Penelope le hizo un gesto a Anthony de agradecimiento y puso sus ojos en los de Colin, el cual la miraba con total adulación. Desde que la había visto entrar no podía dejar de ver como el color blanco de ese vestido le resaltaba el color de su piel y sus ojos brillaban más que nunca, aunque notaba algo diferente en su mirada.

- Estamos aquí reunidos frente a Dios para unir en sagrado matrimonio a Colin Bridgerton y Penelope Featherington -dijo el sacerdote- El matrimonio es sin duda uno de los sacramentos más importantes a tomar, el cual nos brinda una vida plena y eterna con la persona que nosotros hemos elegido. Por tanto debemos de entender la seriedad de la que se trata.

Colin no podía apartar la mirada de Penelope ¿Cómo podía sentir tanto amor hacia una persona?

- Y ahora bien, si no hay ningún inconveniente, procedamos a los votos.

Penelope fue a hablar pero Colin le interrumpió- Si no os importa, me gustaría solamente hablar yo. Con tu permiso por supuesto –dijo pidiendoselo a Penelope la cual asintió extrañada. Todos se sentaron excepto el sacerdote y ellos dos- Hace bastante tiempo, Penelope -dijo mirándola a los ojos- Me dijiste , bueno más bien me preguntaste que si no era fantástico descubrir que no éramos exactamente lo que creíamos ser. Y yo entonces no le di importancia a tus palabras hasta que comprendí, que todo lo que creía saber o tal vez conocer de ti no eran más que pamplinas -dijo riéndose de sí mismo- No supe lo que realmente eras hasta que no vi que había perdido a mi mejor amiga. Y poco a poco fui cayendo en picado sin apenas darme cuenta y aquí delante de todo el mundo -dijo cogiéndole las manos- puedo decir que caí en picado a tus pies y que no hay más orgullo que el haberme enamorado de ti de una forma tan pura como lo he hecho -dirigió su mirada hacia Anthony- Mi hermano hoy solo me ha pedido una cosa y es que sea digno de ti. Solo puedo pedirte , Penelope Bridgerton en unos pocos instantes, que tengas la paciencia que has tenido tú conmigo a lo largo de toda tu vida. Porque tu siempre has sido, fuiste y serás digna de mí. Has dedicado toda tu vida a tenerme devoción, fervor y amor, y es hora de que yo te dedique mi vida a tí.

Lady Bridgerton estaba con una mano en la boca mientras que Kate le ofreció su pañuelo, Anthony sonreía triunfante ante las palabras de su hermano y Penelope…bueno, ella simplemente estaba hecha un mar de lágrimas. 

- Penelope Bridgerton -dijo el sacerdote- P-perdón que con los nervios me he equivocado -todos empezaron a reír al ver que hasta el sacerdote estaba emocionado- Penelope Featherington ¿Acepta a Colin Bridgerton como su legítimo esposo y jura amarle y respetarle hasta el final de vuestras vidas?

- Penelope miró hacia su madre ya que en aquel momento sabía que se separaría de ella y en cierta parte le dolería- Acepto.

- Y usted, Colin Bridgerton ¿Acepta a Penelope Featherington como su legítima esposa y jura amarla y respetarla hasta el final de vuestras vidas?

- Por supuesto que sí -dijo Colin en voz alta.

- Pues por el poder que me otorga la santa iglesia yo les declaro marido y mujer.

Colin le puso a Penelope el anillo en su mano y le dio un beso en la frente la cual mojó de lágrimas de alegría. Se cogieron de la mano y ambos salieron juntos de la Iglesia donde ya había gran parte de invitados preparados para darles la enhorabuena.

- Siempre supe en el fondo que serías una Bridgerton.

Penelope dirigió su mirada de donde procedía esa voz y no era nadie más que Lord James.

- Lord james -dijo un poco apenada Penelope- Siento que…

- No tiene que sentir nada Penelope. No puedo reprocharle nada porque usted se ha casado guiando su corazón, porque usted le quiere más que él a usted.

Sintió que las palabras de Lord james había sido un dardo envenenado en realidad.

- Espero que se equivoque Lord James -recriminó Penelope.

- Yo también lo espero. No quiero que al igual de rápido que ha surgido el amor de Colin hacia usted, igual de rápido se vaya.

Lord James se fue de allí tras decir aquellas palabras y a decir verdad, la dejaron tocada a Penelope. Se dio la vuelta y vio a Colin feliz. Estaba radiante con sus hermanos,  hablando con su madre y sus hermanas y no pudo evitar que le surgiera la duda. Colin al verla fue a cogerla inmediatamente.

- Por fin eres mía Lady Penelope Bridgerton -le dijo Colin mirándole los labios.

- En realidad siempre lo fui -le contestó.

- Pero no de la manera en que ahora lo vas a ser… Nuestro coche ya nos está esperando querida -dijo ofreciéndole la mano.

Echó un último vistazo a la vida que iba a dejar atrás y se subió en el coche con Colin, con su marido. No sabía si era por los horribles nervios o por el cansancio del ajetreo de todos los días previos que fue dejarse caer y meterse en un profundo sueño.



- Pen es hora de que te despiertes -le dijo en voz baja.

Penelope abrió los ojos y se dio cuenta de que la noche estaba cayendo sobre ellos. Colin bajó del coche y acto seguido ayudó a Penelope a bajarse del mismo. 

- ¿Esta va a ser…?

- Sí, esta va a ser nuestra casa Pen. Tuya y mía. De nadie más.

- Es preciosa, es casi una joya -dijo mirándola una y otra vez.

- ¿Sabes qué significa? -dijo Colin acercándose lentamente- Que nadie va a estar para interrumpirnos y que no tenemos que estar pendientes de que vaya a pasar a nuestro alrededor -dijo cogiéndola por la cintura y pegandola a él.

- Creo que suena bien -dijo con una media sonrisa.

- ¿Quieres ver nuestro dormitorio? -ella asintió- Pues vas a tener que descubrir dónde estoy -y acto seguido Colin salió disparado al interior de la casa.

- ¿Esto es en serio? -le preguntó al cochero el cual solo subió los hombros a modo de duda- Genial entonces -dijo quitándose los zapatos para poder correr.

Entró y nada más al hacerlo pudo ver las escaleras enormes que daban al piso de arriba y las subió casi sin tocar los escalones de lo deprisa que iba.

- ¡Colin vamos! Sal de donde quiera que estés.

- Parece mentira que no supieras con el niño pequeño con el que te has casado -dijo la voz de Colin desde el fondo del pasillo.

Penelope no pudo hacer otra cosa más que echarse a reír. Era demasiado infantil algunas veces. Justo cuando iba a abrir la puerta Colin la abrió por ella y ambos cayeron al suelo.

- ¡Por dios Colin! Deberías de haberme avisado -dijo tocándose el brazo.

- ¿Sino que gracia tiene? -dijo aun riendo.

Penelope se levantó y se dejó caer en la cama de lo cansada que se encontraba. Y al mirar el techo vio algo extraño, eran como unos números.

- Colin -dijo llamando su atención.

- Dime -dijo tumbandose a su lado apoyado en uno de sus brazos.

- ¿Qué son esos números que hay grabados en el techo? -preguntó curiosa.

- Son coordenadas. Exactamente las coordenadas del lugar exacto en el que me di cuenta de que estaba cayendo ante ti -dijo acariciando la cara con su mano dulcemente- Es para que todas las noches cuando vayas a dormirte, en lo último que pienses sea en cuando caí.


Flawless my dearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora