La Linea Paralela 3

445.- TODO CAMBIÓ CUANDO ME DI CUENTA.

De pequeño me enseñaron que aprender era conocer lo que se ignora, que el día de mañana, cuando fuera un hombre, sería una persona de provecho, antes tenía que estudiar en el colegio y que de esa manera cuando llegara el momento de Ser adulto estaría preparado para enfrentarme con éxito en la Vida,

Con esta teoría desarrollé mi juventud, pendiente de todo, era una acumulación de objetivos intocables, estaban colocados en la parte de arriba del mueble más alto de la casa, eran unas proposiciones muy alentadoras, muy bonitas de ver, aunque eran inalcanzables, entre otras cosas por mi falta de altura por la edad y por mí falta de estatura por mi inmadurez careciendo de mi tan deseada experiencia,

Mis inquietudes sin llegar a tocarlas las imaginaba como si lo que fuera a ocurrir lo tuviera más que conseguido, sin haber hecho el camino, me lo sabía de memoria, lo tenía todo metido en el bolsillo,

Aunque mi Ser no llegase a lo alto del mueble, mis aspiraciones sobresalían por la chimenea de la casa, sobrepasaban sus dimensiones, no era alarmante en aquel entonces se mezclara el humo de las astillas quemadas de los objetivos consumidos en una hermosa chimenea de leña, sabiendo que nunca más se iban a aprovechar,

Con mis imaginaciones, una cosa era el disfrute del aprovechamiento para quemar saliendo el humo por la chimenea y otra era mi enorme imaginación creada desde mi Mundo, daba lo mismo se mezclase con el humo como sino, era todo imaginario, con mi corta edad tampoco era consciente de las oportunidades perdidas, todo era una ganancia imaginaria,

Fui creciendo y un día cualquiera, el que menos esperé, mientras me calentaba con mis mayores delante de la estufa, me di cuenta cuando les observé, que ya no era tan niño,

Iba tomando responsabilidades con escapadas voluntarias de sus inquietudes,

Ya no me daba igual cualquier cosa, aunque siguiera pensando que tenía mucho por aprender, no me servían ya cualesquieran las maneras de realizarme,

Ya no me dejaba llevar del modo se presentasen las situaciones,

Necesitaba mi propio espacio,

Tenía mi propia personalidad,

A mis predecesores de pronto los veia cansados, envejecidos, con más años de los que pensaba ayer, tal vez fuese porque al día de hoy me hubiese puesto años de repente,

Sin darme cuenta ahora mis infinitas imaginaciones ya no se sostenían,

Ahora entiendo que el humo de la chimenea no es imaginario es Real, es como cuando no se puede continuar por el camino de siempre, se termina y simultáneamente se comienza con uno mismo para seguir existiendo, siendo otro y a la vez la continuación del mismo por el anterior que no da más de sí, simplemente es el fin de lo anterior, no se puede más, todo cambia cuando me doy cuenta de que cuando llega es el abandono del entonces, de lo que ocurriera, del quién sabe, del ahora qué, del si no puedo vale cualquier cosa, de ésto pasa por este otro motivo y me desentiendo,

Cuando desaparece lo establecido por completo, para la existencia de lo que viene es inevitable la desaparición del antes, en consecuencia a continuación puede pasar una décima de segundo, puede pasar un millón de años, surge el nuevo encuentro,

Se ve otra realidad, desde el suelo de la casa, no en lo alto del mueble, saliendo más allá del tejado, la Realidad es la que está frente a mí, se queman las astillas, dando calor y echando humo por la chimenea, sin imaginarlo.

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