CAPITULO 36

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——— El mentiroso cae por su propia boca ———

Gyo...

1 día.

Eso es lo que falta para que mi boda con Cleopatra se haga realidad.

La cabeza me duele por la luz mañanera que se filtra por las cortinas levemente abierta de mi departamento, las botellas de whisky están regadas en la cama, y estoy sudando a chorros. Me levanto de la cama con tropezones que amenazan con mandarme al piso, así que por inercia me arrimo al ropero de madera que está frente a la cama, tirando al suelo algunas cosas que estaban sobre este. Voy directo al baño, y me doy una ducha larga y fría para que se me quite el dolor de cabeza.

Los recuerdos de ayer por la noche me llegan, yo llegando al departamento. Cleo sentada en los asientos del mesón de la cocina mientras revisa su celular, yo encerrado en mi habitación y Cleo tocando para que le abra, y por último yo mandándola al carajo mientras bebía del whisky y miraba las fotos de Shyla.

Solo falta un día para que todo este tormento e los recuerdos de Shyla calmen, y poder enfocarme en Cleo.

Cuando siento que la yema de mis dedos empieza a arrugarse decido salir de la ducha y secarme el cuerpo, hace poco me hice un tatuaje en el brazo, consiste en una serpiente que se enrolla en mi brazo y termina en su cabeza posicionada sobre mi muñeca, el tatuaje me lo hice la semana pasada, cuando recordé los tatuajes que se habia hecho Shyla, que conforme los pensamientos iban vagando, recordaba como mis manos se marcaban de color rojizo en los glúteos de Shyla cuando las nalgadas se hacían presente, en como quedaban sus tatuajes cuando debajo pequeños moretones en ellos, y no me estoy refiriendo a que se los hacia a base de golpe, si no que se los hacia con otras cosas.

Me puse a recordar lo bien que me sentía cuando aún estaba con ella, y entre toda esa masa de pensamientos, recordé cuando lo hicimos por última vez.

Veíamos una película que contenía partes de sexo explícito, nuestra miradas conectaron cuando la actriz de la película gimió, sus pupilas estaban dilatadas y el café claro de sus ojos ya parecía no estar presente. Sus piernas se movieron por instinto, quedando semi sentada sobre mi, la vista de sus tetas en mi cara me prendió y la forma en la que me veía desde arriba era simplemente majestuoso.

Cuando ya se estaba sentando sobre mi, mi miembro ya estaba notoriamente despierto y mis ganas de tenerla gimiendo como lo estaba haciendo la actriz, mi boca se movió por instinto, al ver sus labios regordetes entre abiertos mientras respiraba lentamente. Nuestros labios se juntaron y mi boca se movía con desesperación por intentar saciarme del delicioso sabor de sus labios,  seguí besando mordiendo los labios, hasta que empezé a bajar por la línea de su mandíbula, dejando un caminillo de besos y mordidas por su cuello, quedándome ahí un momento al sentir el delicioso aroma de café de el exfoliante que uso antes de salir de la ducha, su cuerpo emanaba un aroma delicioso y embriagante.

Mi erección estaba batallando con la tela de mis boxers para poder ser liberada, los pechos de Shyla en mi cara no ayudaban mucho, asi que cuando ella se levantó un poco para que los pueda tomar en mi boca me levanté de golpe, mientras agarraba sus muslos y los ubicaba alrededor de mi cintura, para poder subir las escaleras, sus senos cabían a la perfección en mi boca, con ella aferrada a mi cuello para no caerse y yo con uno de mis brazos bajo sus glúteos y el otro tocando su delicada espalda. Sus jadeos ligeros iban directo a la erección que ahora mismo ella no podía sentir.

Apenas llegamos a la habitación me senté en la cama, posisionandola sobre mi nuevamente, dejando que ella este más cómoda. Sus senos eran amasables, sus senos son como el agua, no tienen sabor, pero lo adictivos que son me desespera por tener más de ellos en mi boca. Con un arrastramiento entre abierto de mis dientes, saco su pequeño pezón erecto de mi boca, y cuando apenas tiene el poder suficiente para actuar lo hace, intenta quitar mi camisa botón por botón y mi desesperación se hace presente.

IRREVERSIBLE+18 [ COMPLETO ] - En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora