Seattle, día tres: Pesadilla

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Durante todo el trayecto de regreso al teatro me mantuve en silencio a pesar de mi costumbre de hablar con Agro, tenía demasiado miedo por lo que había visto y aquella era la primera vez en que me puse a pensar hasta qué punto evolucionó el Cordyceps.

Quién sabe qué tipo de infectados habrán evolucionado en otros ambientes después de tantos años, era aterrador sólo pensar en eso.

Cuando pude calmarme lo suficiente a medio trayecto me puse a revisar mi mochila tratando de ver lo que todavía me quedaba después del enfrentamiento. No había casi nada, no tenía munición, no tenía armas y había perdido la única linterna que tenía.

Simplemente pude notar la máscara de gas que había traído junto a un mapa, un único mapa. Revisé los demás bolsillos de la mochila con prisa pero no pude encontrar nada más, el mapa de Ellie no estaba por ninguna parte.

- El papel... ¡El papel que tenía Mel! – grité al darme cuenta de mi error.

Avanzamos con prisa hacia el acuario para tratar de encontrar el otro mapa, estaba tan agitado que ni siquiera pensé en esconder a Agro así que llegué con él a la entrada del acuario, bajándome del caballo y corriendo hasta el salón del enfrentamiento con los desertores, estaba demasiado nervioso como para notar las claras señales a mi alrededor.

Revisé el cuerpo de Mel rápidamente pero no tenía nada debajo de ella, la chica estaba boca arriba así que moví su cuerpo ligeramente pero tampoco encontré nada. Revisé en sus bolsillos con la esperanza de encontrar algo pero fue inútil así que le quité el abrigo con prisa pero me detuve sorprendido al ver su estómago.

Mel tenía la barriga inflada, no fue sino hasta unos segundos después que por fin pude entender por qué ella estaba en ese estado.

- Oh no... - susurré al notar que ella estaba embarazada. - ¿Qué hice? –

De pronto las lágrimas corrieron por mis mejillas sin darme cuenta, estaba demasiado tenso y afectado por todo lo que había pasado. Las pesadillas, el miedo a perder a mis amigos, el nuevo infectado del hospital y ahora el haber asesinado a una chica embarazada era demasiado como para soportarlo.

Me quedé varios minutos sentado en el suelo sin saber qué hacer, sin saber qué rumbo tomar y estando totalmente perdido al ver hasta dónde me habían llevado mis acciones.

- Ojalá estuvieras aquí Joel... - susurré observando el cadáver de la chica. – Te necesito... -

Luego de decir aquellas palabras pude notar algo extraño en el cuerpo de la chica, una vez me había desahogado finalmente pude recordar que el cadáver de Mel había quedado boca abajo antes de alejarme del acuario, no pudo haberse movido ella sola.

Una vez más el miedo se alojó en mi pecho cuando finalmente noté las señales a mi alrededor, habían huellas de sangre por todo el acuario. Dos pares de huellas, una de ellas fácilmente podía ser mía pero no había forma de que la otra lo fuera.

Eran las huellas de un niño, al revisar la suela de mis botas pude notar que el patrón no era el mismo que el de las huellas. Me apresuré a revisar los zapatos de los cadáveres pero tampoco coincidían, esas huellas eran de alguien más.

- Oh no... - alcancé a susurrar al recordar las palabras de Mel.

"Iba acompañada de un niño"

Eso es lo que Mel había dicho, fue entonces cuando al fin pude atar cabos. El papel que Mel había escondido debajo de ella era el mapa con la ubicación del teatro marcada, en algún momento Abby debió volver al acuario acompañada de aquel niño encontrando así los cadáveres de sus amigos.

Soplón || Tú en The Last of Us 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora