Soplón || Tú en The Last of Us 2

Seattle, día tres: Infectado

Luego de reunirme con Agro y orientarme hacia dónde debíamos avanzar finalmente pusimos rumbo al segundo hospital en el que supuestamente estaba Abby. No sabía si confiar en lo que había dicho Owen pero no podía dejar una pista sin revisar.

Sabía que podía ser una trampa pero dejarlo pasar no era una opción así que poco antes de llegar a los terrenos del hospital, dejé encerrado a Agro en un almacén una vez más.

- Lo siento amigo, pronto estaremos en casa. – le susurré al caballo mientras lo resguardaba.

- ... -

- Extraño nuestras charlas, tú no? –

- ... -

- Sí claro, acepta que tú también las extrañas... Deséame suerte, amigo. – le dije a Agro antes de salir del almacén.

Avancé durante varios minutos rumbo al hospital escondiéndome a simple vista de cualquier enemigo, cuando estaba cerca del objetivo me adentré en un edificio abandonado y al subir al piso superior, me quedé varios minutos en silencio vigilando el hospital.

El tiempo pasaba y por mucho que esperaba simplemente no veía a nadie, ni a los Lobos, ni a los Serafitas ni a Abby, no había nadie. Algo malo ocurría en aquel lugar.

Un tiempo después decidí bajar y avanzar hasta el hospital entrando en silencio, el sitio estaba oscuro y no se podía escuchar ningún ruido en las cercanías. O eso creí hasta que cerca del pasillo principal pude ver el cuerpo de un militar.

Me acerqué en silencio para revisarlo y cuando me agaché a su nivel el militar reaccionó tomando el cuello de mi abrigo y acercándome hacia él rápidamente.

- ¡Mierda! – grité al notar que no estaba muerto.

- Todo mi escuadrón murió. No vayas sin refuerzos... - susurró el soldado con esfuerzo, parece ser que me había confundido con uno de los suyos al llevar puesto un abrigo militar también.

- ¿Ir a dónde? –

- La zona inferior, te matará... -

- ¿Quién? ¿Quién me matará? ¿Abby? –

- Escúchalas... - murmuró el militar mientras me entregaba una grabadora.

Me quedé confundido durante unos segundos al observar el objeto cuando de repente escuché un disparo resonar a tan sólo centímetros de mí. El militar había tomado un arma y con sus últimas fuerzas se había pegado un tiro en la cabeza frente a mí.

- Maldito loco... - susurré al recuperar la concentración.

Unos segundos después y habiendo tomado algo de aire revisé el cuerpo de militar para ver si tenía algo de valor, en uno de sus bolsillos tenían una cinta para la grabadora y en un bolso a su lado, había un cóctel molotov.

- ¿Para qué querían ustedes esto? ¿Qué estaban haciendo aquí...? – murmuré tomando la grabadora. – Veamos de qué se trata todo esto... -

­- No puedo creer que el idiota de Isaac nos haga revisar este maldito hospital. La zona inferior estaba prohibida por FEDRA por alguna razón pero a él no le importa, como él no se juega el culo aquí abajo...---

- Apresúrate... - susurré adelantando la grabación.

Continué avanzando por el pasillo de aquel oscuro hospital iluminando el camino con mi linterna, había sangre por todas partes pero no parecía ser reciente, al menos eso me calmaba un poco aunque era obvio que algo muy malo pasaba en aquel hospital.

- Todo este lugar está despejado a excepción de la zona inferior, iré con mi equipo para...---

Adelanté la grabación unos segundos antes de ponerle pausa al llegar a una puerta sellada, me hubiera alejado de aquel lugar no ser porque tirados en el suelo cerca de ahí habían más cuerpos de militares. Al revisarlos rápidamente pude notar que también se habían pegado un tiro en la cabeza.