Parte 9

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Al día siguiente, me había levantado con una sensación sumamente extraña, lo peor era que no sabía si era buena o mala, solo estaba ahí presente, en mi mente y en mi corazón. Di un gran suspiro y comencé a arreglarme, porque a lo que decía la agenda, iba a hacer un día muy largo.

Cuando comenzamos a bajar, la pude visualizar y automáticamente, una sonrisa se dibujo en mi rostro, pero tuve que controlarlo y parecer lo más normal del mundo, tenía en mente que hablaría con ella y dejaría las cartas sobre la mesa, pero no sabía en que momento del día. Cuando Jenna giró, mi celular comenzó a sonar y en la pantalla estaba el nombre de Carol.

-López aquí.

-Hola Ana ¿Cómo estás?

-Bien Carol ¿A qué se debe esta extraordinaria llamada?

-¿Tienes tiempo para la llamada?

Me asomaba nuevamente y tenía la mirada fija de Jenna y Kat, esta última me indicó con su pulgar arriba y lo tomé como luz verde.

-Claro, ¿Qué pasa?

-Sé que anhelas regresar a tu real trabajo Ana y creo que esta sería tu oportunidad—mis manos comenzaban a sudar—Hay una misión fuera del país que requiere una gran precisión y buen liderazgo, es un asunto delicado que la explicación se quiere en persona Ana—la sonrisa que tenía desde un principio, se había ampliado—Sabes que esto puede durar días, semanas o meses. Los tomé en cuenta porque sé que ustedes son los elegidos para hacerlo ¿Qué dices?

-¿Carol estás hablando en serio?—me decía que sí por la otra línea—Estaría encantada de volver al trabajo y lo sabes.

-¿Entonces es un sí?

-Por supuesto que sí, pero...—rápidamente mi mente se traslado a Jenna—¿Qué pasaría con la señorita Ortega?

-Se le asignaría a otro grupo y si quieres, tu lo puedes escoger, para que ellas se sientan tranquilas de que estarán bien protegidas ¿Qué dices? ¿Aceptas regresar oficialmente conmigo?

-Hablare con el grupo Carol, aunque estoy 100% segura que aceptarán sin pensarlo.

-Bien Ana, confirma a más tardar hoy en la noche por favor, porque empezarían dentro de una semana.

-Yo te confirmo Carol, gracias por todo.

Y sin más que decir, Carol había terminado la llamada, una parte de mí se sentía feliz de poder volver al trabajo, pero la otra parte estaba indecisa, mis emociones estaban hechas un lío, pero no podía permitirme esto. Desde el momento que aceptas este tipo de trabajo te dicen que nunca mezcles lo laboral con lo profesional porque nunca terminan bien.

Jamás debía aceptar este trabajo, jamás debí de hacerle caso a mi corazón y arruinar mi único deber.

Di un gran suspiro y me mordí el labio para tomar el valor e ir con los demás.

-¿Todo bien Ana?—me preguntaba Sergio—.

Asentía con la cabeza mientras observaba a todos, pero mis ojos me engañaron yéndose con ella. ¿Sería capaz de dejarla ir?

-Está todo listo.

Habíamos comenzado con el itinerario y yo seguía con la mente en otro lado, no podía concentrarme del todo y eso se notaba.

-Ana—la voz de Sergio me aterrizaba—¿Estás bien?

Creo que era momento de decirles, estábamos los 4 esperando a la chica que acabara una entrevista.

-Me habló Carol—todos estaban atentos a lo que les iba a decir—Quiere que volvamos a lo nuestro.

Todos comenzaron a emocionarse y hablar entre ellos felices.

DEBE SER UNA BROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora