Mirada

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Se acercó a mi, con la mirada más fría que jamás pude haber visto, desearía olvidarla, confrontarla pero solo voltee la mirada, no queriendo consolarla, llorando estaba, cansado estaba, con un dezdan de extrañesa me acercaba y le preguntaba
-¿Que tienes? ¿Algo te ha ocurrido? - y como si por arte de magia, su mirada cambiaba, una más sombría y enojada, me asustaba y con sus dos manos presionaba mis muñecas que tristes y rojas reposaban en sus hombros, yo solo atiné a mirar esos enojados ojos, sin más,y una vez más me atreví a preguntar - ¿Que pasa? ¿Que te pasa?- un poco más aturdida le gritaba - Me vas a lastimar si no me sueltas ya- me aparte y su mirar estancado estaba ya, no sabría cómo actuar, atiné a salir de ahí, sin mirarle una vez más, mucho miedo he tenido,tuve que mirar y preservar la calma aunque a este paso y tan lejos de casa no pude aguantar y en el primer lugar apartado comencé a llorar, y reflexionar que acaba de pasar, me extrañe de pensar que actuará de tal igual, sin alma en su mirar solo miedo, y en lo más profundo estaba encerrado, podrían haberlo amarrado, parecía extasiado pero cansado, algo confuso es cierto, pero el miedo que emanaba no era normal, era como aquel que vio pasar todo el mal a la vez o su vida, tal vez, al terminar mire y trate de encontrarme a salvó pero solo atiné a ver esos ojos descarados volviendo a aparecer, me congelé y ahí me quedé, se acercó con recelo y sus ojos hirviendo, ¿Quien era el?, Me pregunte, se acercó y me beso, una lágrima rodó, ahí comprendí, el final, estaba cerca de acabar, le mire enternecido y no pude más, con su mano lentamente hundía ese plateado cada vez más, justo dejo de palpitar, pude ver aunque borroso está vez, su mirar, que ahora miedo tenía, danzaba la insertidumbre, y yo marchaba, sin pensar en más y solo recordando el rojo de su mirar, mirándome sin compasión de lo que pudiera pasar.

Se levantó y partió, se sentó, reflexionó y se cuestiono, no lo pensó y continuo, en la noche algo lo despertó, no creyó y directo al baño corrió, se miró, y ahí compréndio, que esos ojos rojo acaban de ver fallecer a su mujer que tanto le costó conocer, que la quiso sin poder más pero que el egoísmo ajeno le hizo arrebatar para así salvar el pequeño pellejo cobarde de ese ser blanco y transparente, casi muerto, vivo nunca, preguntándose si su cometido tenía gracia o algo de poca coherencia o enseñanza y se sentó a llorar sabiendo bien que unos cuantos pesos no podrían sanar la semejante atrocidad, pero no pudo más, salió y regreso al lugar donde ella yacia, recostada y le decía: - querida, ay, querida, ¿que pasaría si esto sabrías?, Querida, ¿acaso sabías?, Querida levantate vamos, se ha acabado está pesadilla, creía que sabías que una broma se hacía, querida, vamos, por favor, mírame una vez más, querida, por favor, no juegues más - el hombre sujeto el cuerpo inerte del suelo y lo consoló hasta la muerte, el río corria merecedor de unas rosas tan rojas que podrían dudar que se hizo en minutos, o esos labios bonitos que se iban secando, su mirada que color perdía y en ella se percibía ese cariño que sentía por aquel ser que atinado solo pudo hacer, el recoger el cuerpo, cargarlo de regreso, sentarlo y mecerlo, cantarle, rezarle, llorarle, añorarle, pero ahí quedó, tieso el recuerdo que el tenía por dentro, de aquella mujer con lindos besos

Decidió a la mañana siguiente, decorarla, cocinarla y probarla, el pensó que con eso ella jamás le abandonara pero que equivocado estaba por qué claramente todos preguntaban y el ni una señal daba, hasta que un día, deprisa un vecino atendió el timbre, la puerta se abrió triste con un rechinido, y dejo ver al hombre, envenenado sin antes poder probarla, cayó sentado y con gotas rodando había descansado y la cabeza junto con flores brillaba y esa mirada tan bonita se marchaba pero a cambio la de él solo aumentaba y ese rojo que le caracterizaba se marcaba y mucho miedo daba aún que ya estaba por terminada la penitencia sucia que el mismo se ganaba, y que había arrazado con toda la esperanza de la vida de su querida amada

De regreso a casa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora