Mi princesa

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Si lees entre líneas verás que no miento, solo estoy un poco molesto, pero, ¿que he hecho?, Será que no estoy muerto, aquella repisa y esa ventana me suenan conocidas, esa mariposa blanca entra a mi alma y se queda estancada, flor mía que alimentas mi alegría, ¿Has muerto o sigues viva?, Señorita mía escondida en ese armario lleno de tragos, rasgando la memoria, fracturando y calmando el estruendoso sonido de adentro, que cansada me siento, ese hombre tiene mucho tiempo, espera, y anhela, seguro se sienta, se fija y me mira: "hola, bella princesa", resuena en mi cabeza, sabrá que no estoy contenta, que solo quiero comer algo con menta, es que de algo me suena, aunque suene una mierda, esa rosa que lleva me recuerda a aquella persona blanca que me trae abrazado y juntos jugamos, ¿se abra esfumado?, O ¿que le ha pasado?, ¿Lo he olvidado?, "Hola princesa" suena, muy pero muy dentro de mi cabeza, grita fuerte aunque nadie pueda meterse, capaz y así logré detenerle, pero es que se ha adueñado de toda la estantería, de mi armadura y con esto de toda mi vida, creía que un viejo amigo era, que me acariciaba las entrañas cuando podridas estaban pero solo las deterioraba, cansada me recuesto en el suelo, tendida desciendo, cayendo y escondiéndo, tranquila y a paso lento, lo he convocado, hemos charlado, hemos mejorado, a jurado que daño no se hará de nuevo aunque he dudado, que cuidaremos este hermoso recuerdo, lo guardaremos y un sello le pondremos, vaciaremos,lleganeros, llegaremos, lloraremos, reiremos, cantaremos, bailaremos, o eso siento, aunque capaz y no me siento, las piernas huecas están, un poco cansadas terminarán, esta batalla continua sin más, el sentado y yo llorando, "hola princesa" susurra, hola princesa hermosa resuena, ¿Por qué no te largas? ¿Por qué no solo te marchas?, ¿Te has quedado a mirar o ayudarás?, Recojeras conmigo los vidrios rotos del ventanal o solo te lamentas del daño que hecho está, señorita ya no puedo más, la mariposa se va, la flor marchita está y recojo de par en par cada vidrio del ventanal, llorando sin sesar, cansada estoy ya, ya no quiero pelear, me quiero rendir y a tus brazos ir, mi compañía, mi dañina princesa, mi dañino hombre que se vuelve vicio el ahogarnos y matarnos, jugamos, o eso pensamos pero que daño, que daño, duele cada que respira, duele cada que marchita, sentirás aquella brisa o rezaras ahora sí en misa, que complicada la vida, y yo sentada viendo mi reflejo

De regreso a casa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora