Los cultivadores piensan que los tumulos funerarios no son mas que montañas con energía resentida por montones. Ellos no aprueban la energía resentida porque ellos no están para usarla, porque provoca mucho dolor al usuario y mueren poco después.
Lo cierto es que es verdad, pero también su existencia es desconocida, la energía resentida ya eligió un amo. Aquel chiquillo Lanzado a ese acantilado con Miles de vidas atadas a ese lugar. La profecía se estaba cumpliendo alguien que los liberaría y les daría paz. Gobernaría sobre ellos y descansarían.
Pero el mundo mortal tenían otros planes, vinieron a acabar con su señor y los que habitaban en ese lugar con ellos, reclamando estupideces como un montón de loros que aprenden frases y sin justificación lo repiten.
El pueblo de Yiling eran muy leales, saben que su patriarca los ayudó muchas veces, también saben que los rumores de los que se le acusa están sin fundamentos. Ellos conocían a la gente de los túmulos, eran buenas personas quebrantadas por el dolor de una guerrera acabada.
Tienen admiración y respeto por la pareja que habita en esa montaña que nadie se atrevía a pisar. Y es por eso el dolor y la rabia de la injusticia de la que son partícipes de presenciar mientras ven acercarse a un montón de cultivadores hipócritas para arrebatar a su patriarca y a su gente del mundo.
A pesar de poner resistencia lograron pasar con gritos de jubilo, borrachos de hacerse un nombre a costa de un hombre inocente y su familia.
Dónde la verdadera amenaza se acerca a su presa cansada de pelear.
Y es por esto: Vivos y muertos. Desean, que su patriarca viva y obtenga felicidad con su pareja e hijo.
"Mi señor, estaré esperando el momento en que regrese a nosotros. Viva felíz con su familia, estaremos aguardando su llegada"
Y mientras la familia caía el resentimiento y los deseos sinceros los rodearon y como una bendición el deseo de vivir en paz los trajo de vuelta.
Vivos y muertos, se unieron en deseo.
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Subiendo capítulos listos de las semanas de espera, desde la universidad.
