La brisa marina recorrió la estancia de piedra hasta golpear suavemente su piel olivácea haciendo que se erizase. Sin abrir sus ojos extendió su brazo para poder abrazarlo pero su brazo cayó sobre el colchón. Fue entonces cuando abrió sus ojos negros y vio que estaba sola en la cama. Se incorporó levemente, se apartó del rostro su cabello lustroso negro y rizado que le impedía ver bien y observó a ambos lados de la estancia, no había nadie. Se levantó de la cama, se cubrió su cuerpo desnudo con un fino camisón que había dejado sobre una de las sillas y salió a buscarlo. Mientras marchaba por los pasillos de Rocadragón el único sonido que escuchaba el crepitar del fuego de las antorchas y el oleaje del mar.
Subió los escalones de la Torre del Tambor de Piedra hasta llegar a la Cámara de la Mesa Pintada. Y allí se encontraba, sentado sobre una gran silla de piedra, con su barbilla apoyada sobre su puño mientras observaba detenidamente la mesa tallada con la forma de los Siete Reinos. Durante unos segundos se quedó en silencio observándole. No había duda que era muy atractivo, alto, de hombros anchos y abdomen marcado. De pelo corto plateado y su rostro demostraba firmeza y sabiduría. Sus ojos lilas claros y llenos de resolución. Sin embargo esta vez podía ver preocupación en ellos, incluso miedo. Y eso no era normal.
Entonces entró en sala y rápidamente sus ojos violetas entraron en contacto con sus ojos negros.
- Aegon....
- Rhaenys.....
- Me he despertado y no estabas a mi lado- dijo Rhaenys mientras se acercaba a él.
- Lo siento, no podía dormir y no quería despertarte- dijo Aegon.
- Pues no lo as conseguido- dijo Rhaenys mostrando una media sonrisa- Que haces aquí a estas horas?- le preguntó mientras acariciaba su rostro.
- Espero a que salga el sol. Cuando el sol aparezca mi vida cambiará para siempre y tú sabes porque- dijo Aegon.
- Será tu día del nombre, 16 años, asumirás tu lugar como rey- dijo Rhaenys.
- Nuestra abuela ha reinado sabiamente, porque privar a Poniente de tan gran monarca por un joven inexperto- dijo Aegon.
- Tienes miedo...- dijo Rhaenys.
- Solo un necio no lo tendría y yo no soy un necio- dijo Aegon.
- Jamás he pensado eso- dijo Rhaenys.
- Es solo que.....me parece una gran carga- dijo Aegon.
En ese momento Rhaenys se sentó sobre el regazo de Aegon, paso su brazo derecho por detrás de su cuello y su mano izquierda sobre el rostro de Aegon haciendo que la mirase directamente a ella. También podía sentir como los brazos de Aegon rodeaban su cintura.
- Escúchame Aegon, tú serás un gran rey. Eres fuerte, justo, inteligente, amable, bondadoso.... tienes miles de cualidades que ya conoces. Estas listo y si, llevar la corona será una gran carga, pero no llevarás ese gran peso solo, yo siempre estaré a tú lado- dijo Rhaenys.
- Siempre estarás a mi lado...- dijo Aegon.
- Y tú sabes el porque- dijo Rhaenys
En ese momento Rhaenys apoyó su rostro sobre la cabeza de Aegon mientras ambos, abrazados observaban el mapa de los Siete Reinos e imaginaban el futuro. Mientras tanto, en Desembarco del Rey, en una vieja casa abandonada del Lecho de Pulgas se estaba realizando una reunión secreta. Todos sus integrantes cubrían sus rostros con mantos negros.
- Cuando salga el sol el príncipe Aegon cumplirá 16 años y en pocos días llegará para ser coronado. Será en ese entonces cuando empecemos a mover las piezas del tablero. Será entonces cuando empiece el Juego del Trono.
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El Legado del Dragón
FanfictionLos libros de historia recuerdan la Rebelión de Robert como la última gran guerra. Una guerra donde no hubo vencedores, solo vencidos. Tras la muerte de Rhaegar, los sueños y la esperanzas de la Casa Targaryen recayeron en su hijo, Aegon. Dieciséis...