No juntos, al final separados

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Fue un martes, es lo que sabe la mujer de cabello y ojos verdes bosque. Era medianoche, ella apenas podía respirar ante la vista ante sus ojos, porque, no era posible, no había ninguna forma. Su mirada clavada en la pantalla de su computadora, ella estuvo acostada en el sillón de la sala durante mucho mucho tiempo (¿Días? ¿Semanas? Todo es un borrón ante el dolor abrasador, recuerdos de gritos, llanto y súplicas que se lo llevaron... Se lo llevaron. Un monstruo se lo había llevado), rodeada de polvo que se acomodaba en los muebles, en el piso, acumulándose junto a la ropa abandonada y esparcida por todo el lugar, los platos y las ollas estaban sin lavar en el fregadero, la cocina sin tocar en mucho tiempo, la televisión como un ruido de fondo y como la única iluminación en todo el lugar, habitaciones sin tocar (y mucho menos esa habitación, es un castigo entrar ahí, la matará entrar ahí).

Pero no importa, no es su prioridad, no cuando está ahí. Cuando lo está viendo justo ahora. Su brazo se extiende hasta la pantalla, sus ojos clavados fijamente en el único individuo que le interesa de todos los que aparecen en la foto grupal, porque, ¿ese no es él? Lo es. Lo es. Ese es, le han cambiado el cabello y sus ojos, pero es él. Ella sabe que es él.

Una sonrisa tiembla en sus labios, el corazón en su garganta porque, ¡Es él! ¡En realidad solo se lo llevaron! ¡Solo lejos de ella como castigo! ¡Solo escondido! ¡Ese monstruo solo le hizo pensar que se lo había quitado de forma permanente! ¡Pero ahí está! ¡Su bebé ahí está!

Y ella puede llegar a él... Claro, es un lugar lejos, pero ella puede llegar a él. Ella puede.

Después de mucho tiempo ella se pone de pie, ¡Porque debe limpiar! ¡Dios! ¡¿Cómo recibirá a su bebé en este lugar que parece un basurero?! Ella no hará eso, ella debe arreglarlo todo para su bebé... Si, ella debe hacerlo y después ir a rescatarlo.

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Hana sonrió con cariño al grupo de niños rodeándola, gritaban felices por la reciente adopción de uno de los cachorros, emocionados por la suerte de sus hermanos. Hana estaba tan orgullosa de los buenos que eran sus niños.

"¡Toshi!" La mujer buscó con la mirada a la personita que pertenecía esa voz, mirando finalmente al pequeño de 3 años de cabello ébano y ojos verde lima que rozan el amarillo, yendo directamente a su mellizo de cabellos y ojos púrpura, el cual lo atrapa en un abrazo para después caer rodando en el suelo.

"Izuku, sé amable con tu hermano", le recuerda Hana con diversión, acariciando la cabellera de Annie, la niña de dos años que aún se aferra a su pierna.

"Mmkey, nana", tararea el pequeño sin comprometerse con el poco vocabulario que ha aprendido. Hana tiende a sorprenderse con él y Hitoshi seguido ya que, Dios, ese par aprende muy rápido (rápidos para hablar, rápidos para sentarse, rápidos para gatear y después caminar, rápidos para crecer y aprender).

Hana solo puede resoplar una risa cariñosa "¡Bien mis niños, pronto Sakura estará aquí para llevarlos al parque! ¿A quien le toca ir el día de hoy?" Cinco entusiasmados 'Yo' se gritan en el lugar. "Lisa, Nana, Izuku y Hitoshi, no olviden nada y no causen problemas, ¿okey? Siempre siendo niños buenos". Les pide con una sonrisa amable.

Las dos niñas de cinco años y los dos niños de tres años tararean de acuerdo con sonrisas deslumbrantes, haciéndola sentir que ha hecho algo bueno con todo estos niños junto a los voluntarios que la apoyan a manejar el orfanato.

[...]

Hana no puede evitar dirigir la mirada cada minuto porque ya es muy tarde, Sakura debía haber llegado con los niños hace más de una hora, pero no hay señales de ellos por ningún lado, las llamadas no sirven de nada cuando la línea se marca ocupada o nunca es contestada. Hay una sensación de hundimiento en su estómago (y Hana lo sabe, ella sabe perfectamente que algo está mal).

"Niños, ¿que les parece si ayudan a su nana y van a sus habitaciones a jugar? Más tarde los recompensaré si son buenos niños", los pequeños sonríen, aceptando la indicación y marchando a sus habitaciones. Hana sabe que algo sucederá, y tener a 16 niños en el área común dificultará las cosas.

Vuelve al teléfono, buscando un intento más de llamar cuando fuertes llantos desde el exterior la paralizan, haciendo que abra sus ojos en shock y gire abruptamente sobre sus pies, casi corriendo a la puerta para abrirla abruptamente.

Ahí en la entrada, dos coches de policía se estacionan mientras un hombre uniformado baja a sus dos niñas, quienes sollozan angustiadas, pero aunque su corazón este preocupado, no puede concentrarse en ellas... No cuando Sakura ha bajado también y en sus brazos Hitoshi llora de forma tan desgarradora, como si le hubieran roto una extremidad o como si le hubieran arrancado algo.

El corazón de Hana se desploma, porque los gritos de Hitoshi y la ausencia de Izuku no es bueno. No es bueno.

Hana está de inmediato frente a Sakura, quién llora desesperada mientras abraza al pequeño niño en un intento de consolarlo.

"Lo siento, solo fue un momento, ¡solo le quite los ojos solo un momento!", Dijo la joven de 19 años con desesperación, aferrándose a Hitoshi. "Lo perdí, Hana, creo que alguien se lo llevó, yo no sé ¡Yo no sé!" Lamenta la joven entre sollozos, y Hana por un segundo no puede respirar porque, cuando los niños llegan a su orfanato son protegidos en el, ellos son aseados, alimentados, consentidos y educados hasta que una familia los adopte. Y los mellizos eran un par, un paquete que no sería dado en adopción por separado, porque conoce lo que se dice sobre los hermanos mellizos, como hay un vínculo más fuerte que el de un alma gemela, inquebrantable, que no se corta fácilmente y dónde se reconocerían a varios de metros de distancia aún si su apariencia cambiara completamente.

Hana toma a Hitoshi de inmediato, consolando al niño lo mejor que puede, todo mientras exige toda la información, todo mientras les exige a los policías que recuperen a Izuku.

La búsqueda continuaría y en el futuro se terminaría por enfriar y terminar, porque parecía que Izuku había sido tragado por la tierra.

~•~•~•~•~•~•~•~

La mujer de cabellos y ojos color verde bosque estaba a punto de llorar de desesperación, no entendía, ¿por qué su bebé no paraba de llorar? ¿Por qué quería volver? ¡No lo entendía! Su bebé había llorado todo el camino en el auto, gritando y pateando, desobedeciendo cuando ella le decía que no hiciera eso, que estaba mal, pero su bebé seguía gritando y llamando a 'Toshi', ¿quién era ese? ¿Un amigo? ¡Pero no debería llorar así! ¡Se supone que ya está con ella y debería estar feliz de volver a casa! ¿Por qué no puede convencerlo de calmarse y ser feliz?

Lo lleva cargando a su apartamento, su bebé aún hace berrinche y ¿cómo tiene tanto aliento en sus pulmones para no cansarse? Los vecinos gritan molestos por el llanto y eso solo la pone más nerviosa, así que se apresura y pronto llega al hogar.

Colocarlo en el sofá casi produce un accidente, porque su bebé todo el camino había intentado que ella lo soltara. Su bebé cayó en el sofá y se había arrastrado lejos de ella, mirándola con ojos llorosos (el color está mal, ¿Que le hicieron a sus ojos verde bosque? ¿Que le hicieron a su cabello verde bosque?)

"¡Por favor, Izuku!" Ella le suplica desesperada, las lágrimas ya derramándose de sus ojos. "¡Por favor se un buen niño! ¡¿Por qué estás poniéndome triste?! ¡Me lastimas!" Su pequeño Izuku reduce el llanto hasta que se convierte en suaves resfriados, mirándola con ojos culpables, y aunque a ella no le gusta usar esa carta, era necesaria. Se acerca a su bebé, acariciando con sus dedos la suave mejilla de bebé y como le duele a ella cuando su niño no se inclina en su toque como siempre... ¡Pero está bien! Una vez que quite la suciedad de su cabello y sus ojos sean del mismo color que los de su mami ¡Seguro vuelve a la familiaridad!

Si, tenía que volver a la familiaridad así...

Un Camino que me Lleve a (Ti) Ellos [BNHA] [A/B/O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora