Un Camino que me Lleve a (Ti) Ellos [BNHA] [A/B/O]

Indefenso

Shouta no podía describir el alivio al tener a Izuku cerca de nuevo, esas horas de angustia olvidándose con su hijo en sus brazos. Aún esta preocupado, muy angustiado por las heridas en las manos de su hijo y la mirada lejana que tiene en sus ojos, pero lo mantendrá en sus brazos donde está a salvo y tratará de aliviar la angustia de su pequeño cachorro.

Él mira a Hizashi y Oboro, su esposo rubio está de cuclillas a la izquierda, mirando a Izuku con claro alivio y preocupación, el brazo extendido mientras su mano se presiona entre los omóplatos de Izuku, quién cierra sus ojos, hundiendo su nariz en la glándula de olor de Shouta, muy muy quieto para el resto del mundo. Oboro está justo entre Hizashi y Shouta, apartando algunos rizos rebeldes de los ojos de Izuku con suavidad mientras mira con una pizca de tristeza los rizos que han sido teñidos una vez más.

"¡No pueden quitármelo!" Izuku se estremece con violencia en sus brazos, abriendo sus ojos abruptamente cuando el grito de Midoriya Inko resuena en la calle. "¡Izuku! ¡Devuelvan a mi Izuku", su hijo se remueve con angustia, su respiración acelerándose mientras intenta asomar su rostro hacia dónde se escuchan los gritos, pero Shouta no puede dejarlo, así que abraza a su hijo, aferrando su lugar en su regazo (no lo dejará, porque Izuku se está lastimando de esa manera, tomando una culpa que no le corresponde y cediendo a una manipulación inconsciente). Su hijo gime angustiado, dejando escapar los brazos que tenía envueltos en sí mismo para presionar sus manos contra sus oídos ya que Midoriya Inko sigue gritando. Oboro de inmediato entra más cerca en su espacio personal y coloca sus propias manos sobre las de Izuku, ayudándolo a bloquear el sonido. Hizashi se quita su chaqueta, envolviendo a su hijo lo mejor que puede mientras Shouta maniobra sus brazos para que su esposo rubio acomode la prenda en su hijo.

"¡Inko! ¡Es suficiente!" La voz de Bakugou Mitsuki resuena en toda la calle, Shouta ni siquiera necesita voltear para saber que la mujer explosiva seguro está siendo retenida por Nemuri para que no se lance sobre Midoriya-san. "¡Lo estás lastimando y asustando! ¡¿No te das cuenta?!" Mitsuki-san le grita a Midoriya-san con voz temblorosa. Hay silencio finalmente, pero Shouta no se preocupa por mirar sobre su hombro para notar como está la situación.

"Mitsuki... Pero ellos tienen a mi bebé". Dice Midoriya-san con voz temblorosa.

"Midoriya-san, lamento decirle que se encuentra bajo arresto por secuestro de un menor" Naomasa habla con calma, y Shouta sabe que es posible para ellos finalmente irse.

"¡No! ¿Que sucede con Izuku? ¿¡A dónde llevarán a mi bebé?!"

Izuku se hace más pequeño en los brazos de Shouta, así que presiona un beso en cabeza de su hijo en un intento de mantenerlo conectado a tierra.

"Usted no tiene ningún tipo de custodia sobre el menor, Izuku, Midoriya-san". Escucha la voz de Sansa en el fondo.

"¡Es mi hijo! ¡Es mío! ¡Claro que tengo su custodia!"

"No, Inko, ambas sabemos que no es tu hijo". Dice Mitsuki-san con voz triste. "Has estado influyendo en la vida de un niño que robaste de un orfanato y que casi robas de nuevo de su verdadera familia".

"¡Naomasa!" Grita repentinamente Oboro en dirección al detective. "Termina, por favor". Pide con una pizca de desesperación, y Shouta mira a Izuku, notando cómo la presión que está ejerciendo sobre sus oídos hace que los pequeños cortes en sus manos sangren más de lo que deberían y manchen su rostro mientras Oboro intenta trazar suaves caricias con sus pulgares en el dorso de las manos de Izuku para que afloje un poco su agarre.

Shouta desconecta lo que sucede detrás de él, enfocándose en dejar que su olor se suavice para que envuelva a Izuku en una manta de tranquilidad. Él no está seguro cuánto tiempo transcurre, pero lentamente Izuku se relaja en su regazo y finalmente afloja sus manos que son sostenidas por Oboro, quién suavemente las baja y las sostiene sobre el regazo de Izuku.