Un Camino que me Lleve a (Ti) Ellos [BNHA] [A/B/O]

Por una pieza más del rompecabezas

Vivir con los Ashido había hecho ver a Hitoshi cómo lucía una relación de padres a hijos lo que supone sería 'normal'. Hitoshi no conocía eso desde hace mucho mucho tiempo, sus guardianes, los Shinsou, simplemente un día cambiaron y Hitoshi tuvo que adaptarse a ese cambio a la vez que sobrevivía a la discriminación de quirk.

Los Ashido siempre han respetado su espacio, los días no verbales de Hitoshi, en los que todo se vuelve demasiado, Yumiko-san se encarga de traducir su lengua de señas a Mina y Honoka-san, y nunca muestra que es una molestia para ella. Mina es más tranquila en esos días, decidiendo solo sentarse en un sofá y ver videos en su celular con audífonos mientras Hitoshi está sentado en un sofá para si solo, escuchando música desde su celular. Honoka-san prepara tazas de café con miel, y siempre le da una a Hitoshi en esos días, sin decir nada, solo con una sonrisa de comprensión.

Yumiko-san y Honoka-san lo cambiaron al colegio Hyosai después de una exhaustiva búsqueda de un colegio que no reportara discriminación de quirk. Ellas no tardaron mucho en preparar su transferencia, además de que abrieron un caso a los chicos que lo intimidaron y le colocaron un bozal.

Casi todas las tardes desde que se mudó con los Ashido, Izuku llega de visita después de haber tomado sus cursos. Tienden a estar en la habitación en la que Hitoshi se queda. Las esposas Ashido y Mina suelen darles privacidad entre ellos. Izuku esta más familiarizado con la casa, así que si quieren un bocadillo o una bebida, se pasea por la casa con confianza, solo para volver a la habitación. Izuku ha tenido problemas con Midoriya-san debido a sus llegadas tarde al apartamento, pero él solo se encoge de hombros impotente mientras lo explica, pero nunca deja de volver.

Estar con Izuku trae una sensación de seguridad y 'hogar', suelen aferrarse al contacto, Izuku siempre tiene su cabeza sobre el hombro de Hitoshi o él mismo descansa sus piernas sobre el regazo de Izuku en esos días en los que solo existen en la presencia del otro.

Así que Hitoshi ha aprendido en menos de un mes lo que significa una relación sana con tu familia.

Y luego, después de un día de compras que se alargó por extraño capricho de Mina, terminó con Hitoshi conociendo a sus padres biológicos.

Había captado el aroma en la entrada de la puerta mientras se quitaban los zapatos y discutía con Mina. Tuvo una sensación de opresión inexplicable unido a una especie de llamado, confusión, pero también pertenencia y cuando menos lo pensó, estaba intentando procesar el hecho de que tres hombres capturaron su atención de inmediato, con ojos iluminados y llenos de lágrimas mientras lo miraban a él.

No había explicación para ese sentimiento que estaba haciendo un nudo en su garganta, pero no era malo, esas no eran personas que le harían daño como otros adultos. Había una desconcertante sensación de familiaridad, justo como había sucedido con Izuku. Y cuando Aizawa acercó las manos a su rostro, pero no lo tocó, dándole la opción de apartarse, Hitoshi cedió por puro instinto y todo sucedió.

Ahora, aquí sentados en un sillón, él entre  Aizawa y Shirakumo, con Yamada sentado a la orilla de la mesa de café para no establecer mucha distancia, procesa lo que ha aprendido. Una amargura silenciosa y triste ahoga su pecho, ya que si no hubiera sido por ese tal 'Boogeyman' o esa mujer, Satoru, Izuku y Hitoshi habrían crecido con sus padres, habrían tenido lo que los otros niños han tenido desde siempre.

Pero no puede aferrarse a esa amargura, no cuando las cosas van a cambiar y ahora están aquí, ellos los encontraron y eso está bien.

Hitoshi gira la cabeza hacia su derecha para mirar a Aizawa con el ceño fruncido. "Izuku es mejor con las emociones y esas cosas, así que diré algo que sé que él diría y con lo que estaría de acuerdo". Aizawa asintió lentamente, claramente confundido. "No fue tu culpa perdernos, ¿sabes? No era algo que podías controlar, o cualquiera". Se encoge de hombros, intentando restarle importancia, agachando la cabeza para intentar cubrir el sonrojo que está seguro que está tiñendo sus mejillas.