𝑻𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒏𝒂𝒄𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒚 𝒗𝒊𝒗𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒂𝒎𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒖𝒏𝒂
𝑶𝑴𝑵𝑰𝑺𝑪𝑰𝑬𝑵𝑻𝑬 𝑷𝑶𝑽'𝑺
Hoy era el día en el que se llevaría a cabo la ceremonia de Thais, en su lugar favorito, su lugar sagrado. La familia Sully había sido invitada por la madre de Thais, Gaia.
En ese momento se encontraba Kiri junto a Gaia, ambas estaban alistando algunas de las prendas que la madre le pondría a su hija para su ceremonia de despedida, pues apenas finalizada la guerra, los Sully's fueron desterrados del clan Metkayina debido a que ambos hijos sostuvieron una relación con un Tulkum exiliado y una sirena. La madre de la joven fallecida decidió acogerlos en su clan, pues ella sabía que su hija no daría su vida por nadie que no valiera la pena.
Al convivir con los Sully ella logró entender el por qué su hija había salvado al hijo mayor, pues se dio cuenta del corazón bondadoso que todos tenían. Y ahí estaba ella, conviviendo con Kiri Sully, quien según sus relatos era gran amiga de su hija, convivía con ella y aprendía de ella. Gracias a su hija ella logró entender su conexión con Eywa y su propósito en el mundo, así como también los secretos que su madre nunca quiso decirle. Para Kiri, Thais no solo era una amiga, ella era una hermana a la cual podía confiarle la vida.
- No entiendo por qué las prendas de ceremonia de despedida son tan extravagantes, no es que tenga nada de malo, al contrario, son hermosas. Pero es algo nuevo para nosotros- comentaba la joven Omaticaya mientras veía con extremo cuidado como la madre adornaba aquel fino vestido con las joyas y perlas favoritas de su hija. Era bien sabido que las sirenas tenían una vestimenta bastante peculiar, pues en todas sus prendas eran adornadas por joyas preciosas y perlas exóticas. Pero nunca se pensó que para una ceremonia de despedida los adornos también fueran parte de este.
- Porque no es una despedida, es un renacer- contestó con una ligera sonrisa la mayor, quien desde hace días no paraba de llorar, sus ojos estaban rojos, debajo de estos pequeñas bolsas comenzaron a hacerse espacio, pues el gran dolor que sentía no se comparaba a nada. Había perdido a sus dos hijos y no paraba de lamentarse, ambos eran jóvenes, con sueños y metas por cumplir. Y en ambos casos, a ninguno le pudo decir adios, ni siquiera pudo sostenerlos en brazos cuando estaban en su lecho de muerte. Sus dos pequeños se habían ido y ella no tenía más razones para vivir, ellos eran su vida y la gran madre se los había llevado- El mundo de las sirenas es muy diferente al suyo, pequeña-
- ¿A qué se refiere con renacer?- en su rostro se veía la curiosidad que sentía, pues a pesar de que su querida amiga amaba hablarle sobre su pueblo, nunca tuvo la oportunidad de saber los detalles de mayor importancia ya que su amiga decía que eran detalles del alma, cosa que cuando la joven Omaticaya estuviera lista, ella gustosa le contaría, pero ese día ya no iba a llegar.
- Nosotros no morimos, renacemos- comentó con tranquilidad la mayor mientras seguía adornando el vestido con más perlas y joyas- Al morir nuestra alma viaja a través de todo pandora y toma lugar en lo que nosotros más amamos, se combina a un alma agonizante, otorgándole vida. Sus recuerdos y los nuestros se mezclan al igual que las almas. Nosotros le damos vida y ellos nos permiten volver a vivir-
- ¿Usted en que cree que ella renazca?- preguntó con voz calmada la joven mientras pequeñas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pues ella extrañaba a su amiga, ella era la única que la entendía y que no la juzgaba por ser quien era. Se habían vuelto tan cercanas que odió con su ser no poder haberla ayudado, ella sabía que si tan solo no hubiera sido capturada aquel día ella podría haberla ayudado, pero los planes de la gran madre eran otros.
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𝑬𝑵 𝑬𝑳 𝑪𝑶𝑹𝑨𝒁Ó𝑵 𝑫𝑬𝑳 𝑴𝑨𝑹| 𝑳𝑶𝑨𝑲 𝑺𝑼𝑳𝑳𝒀
Fanfiction-𝐒𝐢 𝐜𝐨𝐧𝐟í𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐢 𝐥𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫í𝐚 𝐡𝐚𝐜𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐨 𝐚 𝐦𝐢 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧 𝐲 𝐥𝐚 𝐫𝐚𝐳ó𝐧 𝐦𝐞 𝐩𝐢𝐝𝐞 𝐚 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫𝐥𝐨- ...