Un talon y su asesino [birdflash]

El acuerdo

Era de noche, el aire húmedo por el suelo mugriento, mientras unos finos rayos de la luna estaban siendo filtrados por unas pequeñas rendijas, originalmente puestas para evitar inundaciones en las calles, ahora eran faros de luz en medio de la alcantarilla oscura y sucia.

Pasos húmedos se escuchaban por todo el lugar.

Un pequeño grupo de seis personas estaban caminando por las alcantarillas de la ciudad de Ghotam.

una mujer bajita, de pelo largo y lacio desordenado, con piel pálida enfermiza y con venas negras recorriendo toda su frente hasta sus ojos, siendo decoradas por unas gafas amarillas de contorno redondo, de vestimenta oscura, unido por costuras doradas los guiaba.

Tras de ella había otra mujer, ella de cabellera larga y negra como la noche, piel canela, vestia una elegante túnica verde con costuras doradas, junto con un conjunto de cuerpo completo negro, dejando libre toda su movilidad en las piernas y brazos, al costado de sus caderas se podía ver un cinturón con dos katanas, una a cada lado.

Sus botas negras altas pesaban con paso firme, haciendo resonar su dureza, fuerza y estatus.

Tenía su mirada aguda clavada como una daga en la mujer delante suya, analizando todo lo que podía dejar al descubierto de su casi sencilla armadura.

Resguardada por cuatro personas a su alrededor, una a cada esquina suya, manteniendo una postura formal, y estrictamente manteniendo sus manos lo más cerca de sus armas posibles sin verse hostiles.

Sus vestimentas parecían ajenas a toda la suciedad y de la prominente atmósfera paciente del lugar.

En algún punto habían entrado a un laberinto, no parecían inmutarse ante los confusos pasillos sucios y desgastados de la alcantarilla.

El grupo continuó hasta toparse con una pared, notando fácilmente su suciedad através de la oscuridad.

La mujer que parecía un búho por su cara pálida y sus venas enfermizas, se paró frente a la pared, levantando una de sus manos desnuda presionó una zona de la pared, del ladrillo presionado emergió una luz amarilla escaneando la mano, luego de medio minuto la luz se tornó verde. Así dándoles acceso a la pared, ahora abierta de par en par como un rompecabezas.

Dejando al descubierto una nueva vista, paredes blancas y inmaculadas era todo lo que se podía apreciar.

Parecían que iban a entrar a otro laberinto hasta que la mujer de ojos afilados habló.

— ¿Porque nos estás llevando por aquí? — pregunto, moviendo su ojos verdes hacia el pasillo blanco que se les avecinaba si entraban.

— Órdenes dea corte — dijo sin vacilar la mujer delante suya, ya dentro del pasillo.

— Comprendo — Dijo serena — pero eso no es lo que te pregunté, lo que te pregunte fue ¿Porqué nos estás llevando por aquí? —

— Órdenes de la corte — dijo, como si solo lo estuviera repitiendo, su cuerpo estaba parado a un lado de una pared del extenso pasillo blanco, dándole la vista completa del lugar.

— ¿Acaso la corte piensa que es apropiado a tratar así a una miembro de la liga de asesinos? — dijo, remarcando sus últimas palabras con altanería.

No hubo reacción por parte de la mujer delante suya.

— órdenes de la corte — repitió, con su voz imperturbable.

La mujer de ojos verdes simplemente la vio unos segundos, sus ojos desprendían furia y ira por ser tratada como una persona simple y vulgar.

Pero finalmente paso por el arco donde anteriormente se encontraba la pared a regañadientes.