Capítulo 5: la salida parte 2

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Anduvimos pocos minutos en el auto hasta que Jack se detuvo frente a un lugar que parecía ser un antro.

Bajamos del auto. En la entrada, había un hombre alto y corpulento, con una libreta en la mano. La entrada del sitio estaba repleta de gente. Había una larga fila de personas esperando para entrar.

—Vamos — me dijo colocándome una mano en la espalda y guiándome a la entrada.

El guardia que estaba en la puerta me miró por encima de sus lentes.

—Viene conmigo — le informó Jack.

El tipo asintió y ambos entramos en el antro.

Era un sitio enorme. Y bastante lujoso. Habían mesas en los costados. Al fondo habia un enorme bar. Y en el centro había una enorme pista de baile.

Ahora entiendo la enorme fila.

El sitio estaba iluminado por un montón de luces de colores que paseaban por todo el sitio. La música estaba a un volumen fuerte. Tanto que, había que alzar mucho la voz para poder hablar con alguien. Miré todo a mi alrededor, como si no pudiera creer en donde estaba. Al mirar arriba, vi que había una enorme sala con mesas de cristal y otro bar.

En ese momento la mano de Jack hizo que me centrara en él, que me sujetaba para guiarme a unas escaleras.

—Ven, vayamos al área V.I.P— me dijo acercándose a mí para que pudiera escuchar.

No dije nada y solo dejé que me guiara al final de esas enormes escaleras de caracol. Al llegar al final, un hombre bastante elegante nos observaba.

—Buenas noches, señor Carson —dijo el hombre, dándonos paso al área —. Bienvenidos.

Aquí la música no sonaba tan alto, cosa que agradecí. Odiaba el volumen excesivo. Miré de reojo a Jack y sonreí. Ambos llegamos a una de las mesas vacías y nos sentamos.

—Así que... ¿Cómo es que tenemos acceso al área VIP?— pregunté divertida y extrañada en partes iguales.

Él me miró un momento y sacudió la cabeza, también divertido.

Dios, sí que es guapo.

— Este antro pertenece a Darikson y yo, pues, soy su socio — me informó, encojiéndose de hombros.

—Oh — musité —. Es la primera vez que vengo a un lugar así — confesé.

Y era cierto. El unico sitio similar al que iba era el bar en el que trabajaba. Y claro que ni se le parece un poco a esto. Este lugar es increíblemente lujoso en cambio el bar es... Sencillamente... Asqueroso.

—¿Y qué hacías antes de entrar en la compañía?

—Bueno, trabajaba en un pequeño bar cerca de mi casa — respondí dándole un sorbo a mi bebida.

Él me miraba fijamente mientras lo hacía, cosa que me puso algo nerviosa. Así que volví a hablar.

—Pero, no era el mejor trabajo así que, me fui de ahí y, bueno, ahora estoy aquí — añadí.

—Con suerte. Una chica tan guapa como tú no merece trabajar en sitios como ese — dijo, dándole un sorbo a su bebida.

Ambos nos quedamos un rato en silencio. Bebiendo. Mi mirada repasó al hombre que acababa de llegar al área VIP. Vestía un pantalón de mezclilla y una camisa manga larga blanca. Claro que, se la había subido hasta los codos. Era mi jefe, el señor Caruso. Venía acompañado de una mujer. Tenía cabello rubio, ojos azules y vestía un elegante vestido negro bastante ajustado que hacía resaltar su figura. Traía los labios pintados de un color rojo pasión, y venía enganchada del brazo del señor Caruso.

Peligrosa AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora