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Desperté en una camilla, a penas pude abrir los ojos por toda la luminosidad, en una habitación de color blanco llena de botiquines de primeros auxilios, fármacos y vendajes, deduje que era la enfermería. 
Trate de sentarme un poco pero me sentía como si me hubieran pegado miles de puñaladas, alce mi brazo hasta mi cabeza, específicamente en la frente y en el cuero cabelludo cerca a ella; Sentí un vendaje ahí en aquella parte, por lo que iba tocando, era pequeño, pero dolía igualmente, es reciente.

Dirigí mis manos hacia el resto de mi cuerpo, me dolía demasiado a penas tocando, me levante un poco el camisón que tenía y descubrí que toda la parte de el abdomen estaba moreteado con algo de cremas en su alrededor, son pomadas para evitar un poco la inflamación y aunque se notaba a simple vista, eran muchos los moretones, ya sabía porque no me podía levantar, si así estaba el abdomen, no imagine cómo estaban los muslos o otras partes del cuerpo. 

No sabía ni qué había pasado, pero esto no fue culpa de Patrick, lo sabía bien, en el momento que estuve con Patrick no me golpeo ni en el abdomen ni nada de eso, tal vez me hubiera dejado algunos moretones en los brazos por la fuerza que tenía, pero al revisarme en algunas partes que él me agarró no tenía nada de eso, por lo que intuye que fue un sueño, todo. 

Ni siquiera entendía nada, fue un puto sueño, desde los besos y caricias hasta el amargo momento final. No comprendo el porqué soñé algo así, mis sueños regulares son de yo comiendo pasteles de chocolate, postre de chocolate, barras de chocolate y todo lo que tenga que ver con el chocolate. Y ahora solo parezco una estúpida con algún tipo de sueño adolescente típico en el que nos enamoramos y vivimos felices para siempre. Supongo que el primer día de alguien debe ser terrorífico. 

Mientras estaba sumida a mis pensamientos, alguien entró a la sala, era la enfermera, quien caminaba hacia mi con algunos medicamentos y un vaso de agua. 

—¿Cómo te sientes Maddie?— Me ofreció el vaso de agua, le agradecí con la mirada y procedí a tomarlo con un poco de desespero, estaba sedienta de sed.  

—Supongo que bien. ¿Qué me pasó? ¿Y qué hora es?— Tome un poco más de agua y deje el vaso en la mesita que había junto a la camilla. 

—No sabemos exactamente qué te pasó, pero un compañero te trajo aquí, dijo que te vio tendida en el piso sangrando en la cabeza. Duraste algunas horas dormida. Y ya casi se acaba la jornada de estudio. Por el momento es mejor que no te esfuerces en recordar, te dolerá la cabeza.

Me quede callada ante las palabras que dijo la enfermera. ¿Me encontraron tendida en el piso? ¿Y nadie vio nada? Y lo peor de todo ¿Cuándo pasó todo eso? Lo último que recuerdo fue haber estado en la hora del almuerzo, me fui para ir a mi casillero y no tener que ir a pedirle ayuda a alguien y molestarlos, como a Stan.

Que gran error.

Y solo es el primer día, no sé qué pasará los demás entonces. 

La enfermera me ofreció unas pastillas para calmar el dolor y me indicó que me quedara en la camilla para descansar, antes de irse de la enfermería, me aviso que ya alguien iría por mis cosas y las traería. Debe ser mi hermano. 

Cuando me dispuse a cerrar los ojos y descansar un poco, alguien toco la puerta, era Oliver. 

—Maddie.— Se acercó al ver que abrí los ojos. Sentándose en una silla a un lado de la cama.—¿Cómo estás? Fui yo el que traje a la enfermería. 

—Oh ¿En serio? Te lo agradezco. Probablemente, si alguien me hubiera visto, estaría todavía en el piso.  

Me dedicó una sonrisa y voltea a ver los medicamentos que, de ahora en adelante, tenía que tomarme para el dolor y la inflamación. —¿Tienes que tomarte todo eso? Entonces la herida si que fue grave. 

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⏰ Última actualización: Aug 01 ⏰

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Pequeña Estúpida || Patrick HockstetterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora