❝ Favorite dessert ❞ ━ 𝐊𝐎𝐙𝐔𝐌𝐄 𝐊𝐄𝐍𝐌𝐀

001

“¡Espero que disfrute esto! No quería ser repetitiva ante el postre aún que sé que es su favorito y no dudaría en comerlo todos los días, pero quería darle otra cosa.
Esta vez es un pastelito que preparé con ayuda de unas amigas, espero que tenga un buen sabor, no sé que haré si termina por no gustarle, Kozume-san.
¡El día de mañana volveré a darle un pie de manzana!<3”

El chico regresó su mirada al pastel que se encontraba en su mesa, le comenzaba a parecer extraño recibir este tipo de cosas, normalmente era un chico que pasaba desapercibido por el resto de la gente, pues estaban tan sumidos en su mundo que nunca se fijaban en la gente a su alrededor, menos en él.

El hecho de recibir ese tipo de regalos realmente le era extraño, y lo era aún más al darse cuenta de que no era nadie de su clase, de hecho, llegó a pensar que era alguien de otra clase, pero era casi imposible eso, pues siempre había varias personas en el salón que le impedían el hecho de dejar aquella comida sin ser visto por alguien.

Tomó el pastel en sus manos e inconscientemente, una leve sonrisa apareció en su rostro.

Estando en los entrenamientos vespertinos, los chicos estaban en una pausa debido a los descansos que tenían que darse en algunos tiempos.

Kuroo volteó a ver a su amigo, el cuál tenía su consola en sus manos mientras que, a un lado de él, se mostraba aquel pastel que había encontrado en la mañana en su mesa. El pelinegro lo miró con confusión, pues nunca había visto que el chico comprara algo en el receso, podía jurar que lo tuvo todo el descanso a un lado de él y que nunca se separó de su consola ni un solo segundo.

―Oye, Kenma.― Llamó el mayor, recibiendo una mirada rápida por parte del contrario, dando a entender que podía seguir con su habla. ―¿Quién te dió ese pastel? Que yo sepa no compraste nada en el descanso.― Preguntó con curiosidad, haciendo que el chico mirara el pastel por unos segundos.

―Ah, no lo sé, siempre aparecen postres en mi mesa después de que regresamos de las prácticas matutinas.― Respondió con simpleza.

El azabache parpadeó un poco ante lo dicho, antes de soltar una risa, llamando la atención de todos y mirándolo cómo si fuera la persona más extraña del mundo.

La oji(c/o) soltó un suspiro de enamorada al escuchar todo lo que su amiga le tuvo por decir.

―Es tan lindo...― Susurró mientras se tapaba su rostro con sus manos.

Las otras cuatro soltaron una sonrisa nerviosa al ver el estado en el que estaba la chica, realmente les interesaba la cocina, y es por eso que se unieron al club. Pero nunca les habían dicho que unirse implicaría ayudar a una chica para dejar postres en el banco del chico que le gusta. Aún así, se divertían mientras preparaban los postres.

―¡Tengo una idea!― Todas se sobresaltaron ante la exclamación de su amiga. ―Kozume-san casi nunca come en los descansos, siempre está con su consola y Kuroo-san tiene que casi obligarlo a comer.― La miraron con confusión, hasta que una de las chicas habló.

―Es cierto, Tetsuro tiene que quitarle su consola para que coma.― Afirmó una de las chicas.

―¡Gracias, Umi!― La mencionada sonrió.

―Y, ¿qué es lo que planeas?― Preguntó la chica que se encargaba de dejarle los postres al chico ya que (N) no era de la misma clase de aquel chico que la tenía locamente enamorada.

―Voy a prepararle una comida.― Sonrió orgullosa de su idea. ―Pero, está vez quiero hacerlo yo sola, espero que no les moleste.― Las chicas dentro del aula, negaron.

―No, (N), es comprensible que quieras hacerlo tú.― Hana le sonrió. ―Quiero decir, es el chico que te gusta, seguro que quieres que quede rico.― La peli(c/c) asintió con una sonrisa ante las palabras de su amiga.

―Bien, si ese es el caso, puedes decirnos que necesitas.― Habló una chica de cabellos rojos.

―¡Ah! No, no, no te preocupes Sami, yo conseguiré todo, pueden irse si gustan.― Respondió ante las palabras de su compañera.

―Esta bien, entonces nos vamos, ¡suerte!

―¡Muchas gracias!

En cuanto las cuatro chicas dejaron el aula, la menor soltó un suspiro de determinación, y, con confianza, se dió la vuelta para pensar en que preparar mientras veía los ingredientes.