Capítulo 3

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Todos se tomaron mal la noticia de nuestra muy de repente "relación" siendo que no había pasado ni un mes que había terminado mi noviazgo con Miguel y es que qué desgracia que duramos 8 meses saliendo y 1 mes siendo novios oficialmente, pero si esta situación hubiera sido al revés, sí él hubiera sido el que ya está en una nueva relación, se lo aplauden, como todo a todos los hombres.

Y eso es lo que me molesta, que a mí me califiquen de cualquiera o cualquier adjetivo hacia mí y mi persona y al él lo vean como el más increíble. Pero bueno, todo lo que vivimos se fue deteroriando y creo que al final acepté ser su novia solo por intentarlo y porque quería dar un último empujón de mi parte.

Todo con Gabs fue sin planearlo, solo pasó. Hace una semana salimos por primera vez ya que era cumpleaños de una amiga en común, él y yo y nuestros amigos en común (incluyendo a mi ex) todos ellos estudian en la misma escuela, yo y otro par estudiamos en diferentes, ellos son los que se ven a diario y casi todos van en el mismo salón.

Nos dimos nuestro primer beso hace una semana, no era que yo tuviera demasiada experiencia y él tampoco, pero sentí bonito, aunque yo ya había dado mi primer beso y Gabs también, realmente todo se estaba dando un poco con prisa pero inconscientemente, no era que yo apresuraba algo o él, solo así estaba fluyendo y... Bueno, no sé si esto está bien, o sea, como se está dando todo.

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20 minutos después llegó; tan sonriente y encantador solo como él es, su sonrisa, sus ojos achinados, era todo lo que cualquier chica se imagina del chico que le gusta, de verdad quiero que funcione esto pero sino es posible, ojalá esto no acabe mal.

-¡Hola cielo!- dijo para sentarse a mi lado y depositar un suave beso en mi mejilla izquierda.

-¡Hola! ¿Cómo estás?- le pregunté.

-Muy bien, ¿Y tú?- me preguntó para verme de una forma tan cálida y sonriendo al verme.

-Bien, porque te estoy viendo- Así es, muy cursi de mi parte por lo cual no estoy nada identificada pero no quería sonar con indiferencia o fría- me dije a mí misma.

Será una tarde larga... ojalá lo de la noche en casa de Suhey, valga la pena.



Y vaya que sí lo valió, en ese entonces claro...

Indeleble - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora