◤19. Infantil. Luzubius ◢

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- Luzu x Rubius (Luzubius)


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Un odio que no es real, una rivalidad que no existe y un simple enamoramiento fugaz.

Durante toda su vida se le había dicho infantil, un sinónimo de su nombre para muchos, probablemente no se equivocan al decirlo. Él siempre habia sido asi, con un gran miedo al compromiso y demasiado tonto como para intentar dar un paso.

Así que de la única forma que vio que el contrario lo viera era molestando ¿como un niño? exacto. Causando celos que no eran dirigidos a él, haciendo bromas o diciendo palabras duras con la leve esperanza de que aquel lo volteara a ver. Le gustaba soñar.

Su enamoramiento comenzó con una pequeña atracción, algo que creía pasajero que escaló y se convirtió en algo más grande incapaz de seguir manteniéndolo encerrado en las cuatro paredes de su corazón. Y así cayó, cayó como alguna vez lo hizo con Mangel y Vegetta, sin reparos, así que hizo lo único que conocía que era huir, volvió a huir como lo hizo en otro momento. Decidió dar señales erróneas, ignorando y causando que el otro probablemente solo lo odiara.

Por eso es que siempre ha amado como un niño, cayendo y estropeandolo cada que tenía oportunidad, huyendo del cariño que creía no merecer así que cuando Titi vino todo fue casi olvidado, un vacío que creía inexistente se llenó y aquel amorío fue olvidado en lo más profundo de sus memorias.

Descubrir un nuevo amor, un amor paternal fue asombroso, toda una responsabilidad. Comenzó a actuar como un padre, él era capaz de dar todo de sus manos para mantener al pequeño bien.

Fue entonces que se enteró de que el pequeño, su niño, veía como figura materna (a falta de una real) al antipático emo; probablemente a falta de una familia, este buscaba desesperadamente una. Una familia que encontró en aquellos seres. Así que al verlos convivir su corazón dio nuevamente aquel vuelco que creyó desaparecer.

Su amor floreció, el mismo que creyó irse. Su amor algo secreto que solo podía pronunciar en las noches en que la luna resplandecía en el cielo azulado, cuando tenía la certeza de que solo él y algunos pájaros podrían ser testigos del mismo.

Tan bello que juraba que su corazón nunca latió tan fuerte, que su boca nunca pudo describir con palabras tan hermosas a alguien, que sus manos nunca buscaron tan desesperadamente solo un roce, que sus ojos nunca viajaron tan rápidamente por la habitación para poder verlo, y ahí supo que no había retorno.

A veces soñaba tener una familia, como la que alguna vez fue arrebatada.

Luzu, Titi y él.

Compartiendo sus mañanas, tardes y noches; que le sonriera suavemente y le dijera "Rabis" como en el pasado y no solamente Rubius cada vez que se vieran; que le hablara cuando tuviera pesadillas (como el sabia que el castaño tenia) y si sus palabras no eran suficientes poder quedarse hasta tarde jugando algún videojuego; y tal vez, solo tal vez se imaginaba haciendo algún cosplay en conjunto con aquellas dos personas tan especiales en su corazón.

Pero entonces todo se derrumbó y la pequeña fantasía se tuvo que ir.

Un viaje de casi dos meses fue dada al castaño de ojos heterocromaticos, decidió no despedirse, no creía tener el derecho así que solo vio a lo lejos como aquel salía del pueblo solo, sin nadie diciéndole que volviera, que lo esperaban, tan solitario, y yéndose como si aquello no le doliera.

Pero ese no fue el detonante de todo mal, no cuando a su lado se encontraba Titi, su pequeño hijo. Una lucha de custodia y después un sacrificio del mismo.

Morir en nombre de Karmaland siempre fue un honor para los héroes, sin embargo, no fue así en esta ocasión. Titi no merecía morir, no tenía porqué morir. Así que se culpó a él mismo por no haber podido detener todo. Las lágrimas caían mientras veía a su niño irse y morir, lo que le quedaba siendo destruido frente a sus ojos.

Fue su perdición, cada vez su mente divagaba más, el dolor se hizo soportable, las alucinaciones le daban esperanza.

Personas diciendo que lo que ven no es real, reclamando acerca de lo que ven y dicen. Pero ellos que sabían, ellos no perdieron un hijo.

Entonces después de dos mese regreso Luzu, el mismo que se había ido y al volver la noticia fue dada, como aguafria dentro de su cuerpo porque a pesar de siempre estar reacio a crear vínculos ahí estaba en la soledad de su casa derramando lágrimas por el pequeño que amo y no se despidió.

Pasaron días en los que pocas personas se enteraron de su regreso, hubo un problema en donde fueron convocados los héroes y de alguna forma el híbrido de oso y aquel emo terminaron en una consulta -en conjunto con Sapo Peta y Quackity- algo que parecía sin sentido, algo que muchos habían intentado y fallado terminó con Rubius aferrado a Luzu mientras la realidad de una pérdida y de un duelo que no había querido enfrentarse se hizo presente.

Palabras de ánimo y de pesar eran las que Luzu proporcionaba mientras que ambos se acompañaban, con lágrimas derramadas dejaron escapar el miedo de la vulnerabilidad. Confiando en el otro.

Tras ese suceso tal vez se unieron un poco más, los días siguientes siguieron acompañandose. Yendo a minar, explorar o recostandose en la sala juntos viendo uno de los tantos animes que nadie había aceptado ver con Rubius y a veces escuchando el gusto musical tan incomprendido del emo.

La relación complicada de Quackity y Luzu dio término cuando se enteró de que su ausencia solo permitió que aquel buscará afecto en los brazos de alguien más. Rubius por su parte dejó los coqueteos y los bailes, dejó de buscar la atención y distracción que le proporcionaban.

De enemigos (no realmente), a compañeros volviendo a ser amigos como en el pasado.

Las noches hasta tarde acurrucados con un chocolate caliente, abrazos y miradas de más. Disfrutando el momento sin acelerar nada.

Sin embargo después de tantas relaciones fallidas ambos buscaban algo más. Una propuesta y un compromiso, algo de estabilidad en sus caóticas vidas.

Algo sencillo que ocurrió espontáneo cuando ambos preparaban la comida, tan simple.

"Me gustas". Dos palabras con un gran peso detrás. "Quisiera, si tu también lo deseas ponerle nombre y compromiso a lo que tenemos".

El de sudadera negra habló mientras movía la sopa que se estaba preparando, como si la propuesta no hubiera sido más que hablar del clima o de lo que iban a comer.

Aunque el castaño tenía en su rostro un gran sonrojo y las manos le temblaban si lo veías de cerca, tan nervioso esperando una respuesta. Así que sin más y sin esperar otra cosa, Rubius se acercó y con una sonrisa le dio un beso que apenas y fue un roce.

Sonrisas tontas y sonrojos.

No se necesitaba más, no necesitaban más. Con una conversación su título de amigos cambió a pareja y los corazones de ambos no podían creerlo. ¿Lo habían logrado?

Rubius sonriendo pensó en que tal vez su familia que tanto había soñado podría hacerla realidad aun si su pequeño niño se hubiera ido.

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Desde cuando tenia ganas de un Luzubius y aquí esta. Espero les guste, besosss

Luzu - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora