𝐎𝐍𝐂𝐄 𝐔𝐏𝐎𝐍 𝐀 𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌 ❙ ❛ You'll love me at once, the way you did once upon a dream ❜
¿Cómo iba a enamorarse? Literalmente vivía en el medio de bosque con sus distraídas tías y su hermana. Sin embargo, terminará conociendo a un cuervo.
Un...
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AMALIA HABÍA LLORADO DURANTE TODA LA NOCHE. Y ERA ENTENDÍBLE era una menor de tres años que ya sabía quién era mamá y papá, y de la nada estaba con tres extrañas en un lugar bastante desconocido.
La de rizos se calmó cuando su hermana había empezado a llorar. Sus cuidadoras eran terriblemente malas.
— ¿Por qué llora?
— Al menos Amalia ya se calmo.
— Tal vez estén hambrientas.
— ¡Alimentalas!
El hada azul le dio unas zanahorias a Aurora y un pepino a Amalia.
— Provecho. — dijo con una gran sonrisa.
El cuervo qué cuidaba a las infantes las miro frustrado.
Amalia, quien ya tenía hambre, mordio el vegetal. Pero de esté salió un gusano, a lo cual la de rizos se asustó y lloro al lado de su hermana.
Maléfica, quien no estaba muy lejos, cubrió sus oídos ante los horribles llantos.
La noche había caído. Las hadas ya estaban dormidas. Mientras tanto, Amalia empezaba a sentirse desesperada por los llantos de su hermana.
Apesar de no ser demasiado madura o consciente de lo que hacía. A su mente llego el recuerdo de su madre cargadola por la noche muestras tarareaba.
La pequeña de tan solo tres se puso de pie, camino hasta la cuna de su hermana y la mecer.
Aurora guardó silencio durante algunos minutos. Amalia se puso de puntillas y miro a su hermana plácidamente dormida.
Entonces un cuervo se metió por la ventana. Amalia retrocedió. El ave se acercó a la de rizos y dejo una rosa en el suelo, con su pico la empujó un poco hacia Amalia.
La niña la tomo y sonrió. Se acercó a él y lo acarició.
— Bonito. — dijo.
El curvo huyo del lugar.
Meses después de lo sucedido, Amalia había salido de la cabaña sin que las hadas lo notarán. Camino hacia el bosque.
Noto a una mujer vestida de negro y con cuernos. Maléfica miro a la menor con desprecio.
La de cabellos rizado le sonrió y saludo con la mano mientras ladeaba la cabeza.
— Hola. Eres bonita.
— Largate. — respondió la hada.
La de rizos rio.
Se acercó a un tronco y como pudo se subió. Le extendió los brazos al hada pidiendo que la cargara. Extrañaba esa sensación.
