iii. Flying Apple

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Chapter Three
❝ 𝕸𝖆𝖓𝖟𝖆𝖓𝖆 𝖛𝖔𝖑𝖆𝖉𝖔𝖗𝖆 ❞

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AMALIA MIRÓ A SU HERMANA SONREIR DE MANERA INOCENTE
Pero la de rizos no creí ni una sola palabra. Al parecer, alguien se había comido la tarta de manzanas qué la mayor había preparado.

— Aurora...

— Esta bien. Yo la tome, pero vi a esa pobre ardilla hambrienta y sentí mucha lastima por ella.

Amalia solo un suspiro agotador.

Amaba la nobleza de su hermana, pero a veces era un poco difícil liderar con tanta amabilidad. Si bien ella compartir la idea de ser amables y noblez, no podía evitar ser un poco más dura que Aurora.

— Esta bien, esta bien. Iré al manzano que esta cerca del arrolló. Pero tu serás quien prepare la tarta ¿de acuerdo? — preguntó la de rizos.

— Te acompañó. — habló.

— No. No quiero exponerte a algún un peligro. Quédate, yo volveré pronto.

Aurora asintió no muy de acuerdo.

Amalia salió de la cabaña. Sus tías dormían plácidamente mientras la mayor de las hermanas montaba al caballo.

La de cabellos rizados empezó a cabalgar hasta el límite qué tenía para entrar al bosque. Se dirigió al árbol de manzano y corto varias manzana mientras las metía a su bolso.

A lo lejos, un hada y un hombre de negro la observaban.

Diaval había empezado a sentirse mal con sigo mismo cuando había empezado a ver con otros ojos – según maléfica – a la niña que vio crecer.

— Trío de viejas irresponsables. — se quejó Amalia.

Si ellas estuvieran despiertas, hubieran vigilado qué Aurora no está no habría obsequiado la Tarata a las ardillas y ella ahora no se encontraría buscando manadas.

Diaval, quien deseaba visualizar mejor a la rubia, se acercó un poco. Al el sonido de pasos y pequeñas ramas rompiéndose alteró a Amalia.

— ¿Quién anda allí?

Maléfica se burlaba internamente.

Amalia se subió al caballo dispuesta a irse del lugar. Nuevamente, se escucharon pisadas. La rubia divisó una figura masculina entre las sombras.

— Muéstrate. — ordenó.

— Podría asustarte. —habló por primera vez Diaval.

— ¿Por qué lo haría?

Diaval acarició una de las cicatrices qué estaba en su rostro. También se sentía culpable al ser aliado de la mujer que la había hechizado.

— Creeme, te asustaría.

𝐎𝐍𝐂𝐄 𝐔𝐏𝐎𝐍 𝐀 𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌; Diaval (Maléfica) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora