2: When unwanted, you learn to be quiet

230 19 2
                                    

Wilbur casi chilló cuando la figura que entraba en la habitación no era Schlatt

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Wilbur casi chilló cuando la figura que entraba en la habitación no era Schlatt. Las lágrimas inundaron su visión, derramándose por sus mejillas hasta empapar sus pantalones. Schlatt había sido aterrador, pero conocía bien las amenazas del hombre y sus formas de golpearle. Toques suaves con bofetadas duras, un cuchillo deslizándose por su garganta y mejilla cuando se portaba mal, sus dedos aplastados bajo tacones caros cuando le agarraba sin preguntar. Alas dolorosas y orejas sangrantes cuando le arrancaba plumas que no debía. Esta persona era nueva, esta persona no era Schlatt, pero esta persona era desconocida. ¿Era su nuevo dueño? ¡¿Schlatt se había enfadado con él lo suficiente como para dárselo a alguien más cruel como había prometido?! Sólo eso le hizo chillar en voz alta de nuevo, su cuerpo se puso rígido ante otro sonido putrefacto, empezando a temblar ante los sollozos ahogados.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Lo primero que notó Quackity fue que tenía calor y que olía ligeramente a humo de cigarrillo. Sus ojos se abrieron a los suaves marrones y azules que cubrían la habitación en la que se encontraba, echando un vistazo al escritorio y al carnero que garabateaba en un papel detrás de él. De vez en cuando daba golpecitos al ordenador que tenía delante, concentrado en las notas que tomaba mientras el ave volvía a la normalidad. Estaba en un sofá de felpa con una manta encima. En el suelo, cerca de los pies, tenía el gorro y los calcetines, doblados con cuidado sobre las puntas de las botas. El despacho de Schlatt siempre había estado lleno de lujo y comodidad. El único momento en que se sentía incómodo era cuando se sentaba frente a él en una de las dos sillas que había frente a su escritorio en los momentos en que Schlatt se enfadaba por algo. Una licorera cubría la pared opuesta y detrás del lujoso escritorio había una docena de marcos y cuadros, certificados de los numerosos logros de Schlatt y una caja fuerte bien planchada, chapada en acero y conteniendo netherita. Ni siquiera Quackity, con la autorización que tenía y las veces que había estado en aquel despacho, había visto nunca su interior.

El carnero se limitó a mirarlo mientras se incorporaba lentamente, desplegando las alas de la espalda para estirarse mientras bostezaba larga pero silenciosamente. Sentía los pies desnudos y fríos y, a pesar de lo sucios que estaban por el suelo ensangrentado y el agua sucia del cubo, se puso los calcetines y volvió a calzarse las botas. Se colocó el gorro sobre el pelo revuelto y miró a Schlatt, que se limitaba a mirarle. Entonces el hombre sonrió y metió la mano en el escritorio para guardar algo.

"Buenos días, princesa. ¿Has dormido bien? Llevas horas fuera". El tono sonaba amistoso, confiado como de costumbre, y con intenciones ocultas. Por encima de él aún podía oír el rugido de las tormentas y los vientos nauseabundos agitándose, recordándole la advertencia de Tecnoblade. Levantó la vista hacia el repentino parpadeo de las luces que danzaban sobre ellos antes de que volvieran a zumbar brillantemente en solidaridad.

"El 641-A está causando estas tormentas", dijo en voz baja, ignorando el tsk de Schlatt mientras agitaba la mano en el aire en señal de rechazo.

"No me digas, Quackity. Lo sedaron poco después de que se fuera la luz la primera vez, pero como eso fue hace unas diez horas, puede que ya esté despierto", Quackity pudo oír la perezosa confianza en su tono con la forma en que se rascaba los pelos de la mandíbula pensativo. "La instalación debería aguantar. Se calmará cuando se dé cuenta de que no puede arruinar este lugar como hizo con el anterior".

[1]  Still and Quiet (Lest you wake the monsters) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora