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-Imagina toda tu maldita vida siendo controlado por alguien -El azulado se paró bruscamente- no poder decir lo que sientes, vivir con el gusto agrio de saber que lo tienes todo, pero a la vez no.

Lo miré confusa, en ese momento la imagen del famoso Principe Maurice se cayó por completo. Él estaba llorando.

-Sonic, yo no quise..-Me interrumpió con un dedo sobre mis labios.

-Déjame esta vez a mi hablar -Sus lagrimas  cristalinas caían al rededor de sus mejillas- sé que soy una basura, sé que he sido una pesadilla. Fue una parte mía queriendo creer que tenía el control sobre algo, que te controlaba a ti. Mi padre es el que maneja mi vida como si fuese un títere, tú eras lo único que consideraba que me daba libertad, mis malas acciones también se derivaron de ello.

- ¿Pero por qué no intentas huir? -Le pregunté mientras sentía como mi garganta se cerraba. No sabía si era verdad, pero, esa expresión de dolor en su rostro, no parecía actuación.

-Él me encontraría -Respondió de inmediato. Se secó sus lagrimas y acomodó su ropa, aunque todavía era visible que tenía los ojos enrojecidos por el llanto- Hoy será la última vez que me verás aquí, podrás estar tranquila, tú no te irás.

Agarré la manga de su camisa con mi mano, lo estiraba hacia mi.

-¿Qué fue lo que le dijiste? -No quería que se vaya, un sentimiento de angustia se cierna sobre mi.

Sentí unos suaves labios estamparse contra los míos. Nuestras  bocas se movían en sincronía. Fue dulce, pero doloroso. Porque se sentía como el último.

-Adiós, mi Ames.

Lo dijo de una manera suave, pero triste. No pude evitar que saliera por esa puerta. Quedé quieta, en esa cama, con la mirada fija en un punto de la habitación, él siempre fue de confundirme, pero esta vez, quería pensar que todo lo dicho era una simple broma tratando de que sufra. Al cabo de unos minutos aparecieron Silver y Shadow.

-¿Estás bien?-Cuestionó el grisáceo.

-¿No te das cuenta que está llorando idiota?, no está bien -Le regañó el de franjas rojas.

Si, Shadow tenía razón, lo que comenzó con una gota, le siguieron, dos, tres, hasta convertirse en llanto acompañado de sollozos. Ambos chicos me abrazaron intentando consolarme. Todavía no había sucedido nada, "-¿Por qué me siento tan miserable entonces?-" me preguntaba mentalmente.

...





No podía decirle palabras tan francas, como un "-Me gustas-". Porque de esa manera admitiría que la deje ir, admitiría que fui arrogante, y también le dejaría un vacío. "-Es preferible que me recuerde con odio, a que se lamente amándome-". 

-Señor, su auto está listo para que se vaya-Habló cortésmente, el chofer privado de nuestra familia.

-Entiendo, en un momento voy -Respondí.

-Quiero que sepas que todo esto, lo causaste con tus rabietas, y al actuar contra mi voluntad -Contó con un tono molesto, mi padre- Te críe para ser un digno Maurice, organicé tus horarios, comidas, hasta yo mismo decidí con quien podías juntarte, y con quién no. -Una de sus manos golpeó el techo del vehículo- Así le pagas a tu progenitor, maldita escoria. 

Mi mirada estaba colmada de furia, pero mis labios sellados, sabía que si alzaba la voz, el próximo golpe no iría al auto. 

-Ya vete, terminarás tus estudios con tutores en casa, y te encargaras de la empresa y el instituto, como tiene que ser un recto Maurice- ordenó.

Ya era suficiente con que él me pidiera que me alejara de mis amigos en el pasado, más bien, no me lo pidió, me lo ordenó. Y por esa maldita vez, no seguiría su palabra. No permitiría que Ames perdiera algo que tanto anhelaba, por ese patán que tengo de padre. 

-Te arriesgas tanto por una basura rosada, así no llegarás a ningún lado -Fueron las últimas palabras de mi padre que oí, ya que en ese momento el chofer cerró las ventanillas y emprendió su viaje. 

Mis pupilas se dilataron, y mi respiración se entrecortó. "-¿Habrá visto que investigué a Amelia cuando la conocí?-", "-¿Sabe algo?-" "-¿Le hará daño?-", esas preguntas comenzaron a brotar en mi cabeza. Lo más razonable que se me ocurrió es que; " mi papá se hubiese enterado de ella cuando mandé a mi chofer a investigarla".

 Desde que la vi sabía que había algo raro en esa eriza rosa, descubrí sus antecedentes, y pude conectar todo. "Rainold Rose", era el padre de Amy. Era un socio mayoritario en la compañía de los Maurice, al igual que también fue el compañero de mi padre en nuestro Instituto. Al tener muchas acciones en la empresa, firmó un contrato con mi familia. Nos vendió sus acciones por un alto precio, unos días después apareció muerto,  el dinero nunca llegó a la puerta de los Rose, y mi padre mágicamente se convirtió en el director ejecutivo. Por ello, cuando me enteré de ella, pensé, "-¿Busca venganza?-", pero no fue así, nunca hubo odio reflejado en sus ojos. Ella solo quería estar allí para cumplir los sueños de su difunto creador. "-¿Fue ahí cuando me comenzó a gustar?, ¿O fue cuando vi sus tontas actitudes?-", no podía responderlo con certeza. Pero de lo que estaba seguro, es que nunca más la vería.






Conituará..


Buenasss, traje cap jaja,  tal vez les parecerá muy repentino todo, pero espero que les guste


NO SE OLVIDEN de pasar por mi nueva Historia de Sonamy, se llama " ¿Puedo sentir? - Mecha Sonic". Ya que el narrador de esta historia será el mismísimo metal sonic :) 

¡¿Acaso me volví gay ?! (SonAmy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora