Soñé, que existió un joven demente que disfrutaba de la caza no sólo de animales, mataba a aquellos que le hacían mal a su vida, aquellos que no les importaba nadie más que ellos, como sus padres por ejemplo, su hermana, su hermanita era su adoración. Que tristeza que allá sido ella la que acabao con el.
Pero el chico no solo cazaba, también practicaba magia y una religión muy extraña, en la que acababan a una calabaza literalmente.
Cuando la muchacha creció, tuvo un ávida d eso más normal a lejada de su pueblo natal, un día, sus nietos la visitaban junto a su hija y su yerno.
El niño, era un rebelde sin moral, traviesos a más no poder, se orina a en donde se le daba la gana solo para molestar, su hermana era como su madre, lo regañaba e incluso pegaba, y se enojaba cuando su verdadera madre no hacía más que decir: es solo un niño.
La nieta, se entretenía con unos libro que encontró en el ático de su abuela, uno de ellos tenía una extraña portada de una calabaza junto a unos símbolos. Lo abrió y leyó un poco, y después en voz alta dijo un conjuro que le pareció divertido.El joven muerto revivió de su tumba, un joven muy apuesto en sus mejores años, pero ahora no era más que huesos y restos de carne podrida. Con su mayor esfuerzo, logró caminar un poco, hasta recobrar sus fuerzas para pararse ergido y elegante. Se hacerco a una choza descuidada y robo una d ellas calabazas.
Después, se dirigió a la casa de su vieja hermana.El nieto estaba enojado con su hermana, casi siempre lo estaba, pero su madre lo amaba y él ella también, su madre lo veía como un bebé lindo e inocente. Lo único correcto hay era lo lindo, era tan apuesto, que su abuela no podía mirarlo sin recordar a su pueblo, a su hermano, y lo odiaba, mucho, en verdad, pero jamás se lo diría.
El muerto caminaba por la carretera a paso descuidado, hasta que vio a lo lejos una casa, de la cual pudo sentir la presencia de su libro.
Se hacerlo y espero a cualquier señal de vida. Y entonces vio a su sobrino, y quedó maravillado, era tal cual a él, más joven, pero igual a él, lo miró y después se miró a sí mismo, viendo su huesos amarillos, con tierra y podrida carne, sostuvo la calabaza con fuerza, vio una acha cerca, la agarro, y en silencio, mato al niño con un sertero achazo en la cabeza, sin saber, que, desde la ventana del ático, una muchacha aterrada y con ojos llorosos lo miraba con furia.
El muerto arrato al niño hasta un lugar desolado y lejos de la casa, partió la calabaza y la mitad la trago, la demás pulpa, la metio en el resto de la boca del niño, apenas distinguible por el horrible corte en el resto de la cara. Una vez logró que llegara al estómago del niño, agarro una piedra y desmoronó en trozo pequeños como arena la cáscara de la calabaza, y con un poco de agua de un río cercano,puso la masa en la herida de acha. Todo listo, resto unas palabras con su voz seca y rasposa, unas 8 veces la misma frase, en un dialecto extraño. Pero de repente, aquel muerto no fue más que polvo,y en segundos el niño volvió a abrir los ojos, con su cara más bella y limpia que nunca, el joven que antes había sido un cadáver andante, estaba vivo otra vez,había ligeras diferencias entre el y su sobrino, pero casi inotable; como el lunar en su mejilla, o los ojos de un azul más claro que el del niño, y el cabello rizado en vez de lacio.Se incorpoco y rebusco en los bolsillos de su pantalón hasta topar con una liga, y disimular el ondulado pelo con un chongo, regreso a la casa con suma alegría, agarro el acha y entró para terminar con subtraicionera hermana, pero no había nadie, nadie al quien conociera al menos, pues estaban dos señores recostado en una cama, con cervezas en manos y totalmente arrollados, le dieron asco, y decidió matarlos.
La abuela y la nieta corrían lo más rápido que podían,esperando alcanzar el tren para irse de hay, y por suerte lo lograron,la abuela, no tan vieja por suerte, y su nieta, estaban devastadas, su única familia ya no estaban.
-Estaremos bien, jamás nos encontrara. Decía la abuela afligida.
-Si...- respo dio la niña, abrazando su mochila, con aquel extraño linro en su interior.