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Durante toda la madrugada me planteaba la idea de pasar algunos meses aquí, talvez dos o tres. De ser así tendría que conseguir un lugar que pudiera rentar, si sigo viviendo en el hotel muy posiblemente terminaría con los bolsillos vacíos pues este se pagaba por días, dejando de lado el costo extra por las bebidas que había en el mini refrigerador y la comida.

Me conocía y mi poca responsabilidad en cuestiones administrativas me harían pasar un mal momento.

Así que sin haber conciliado el sueño a la mañana siguiente me levanté en busca de un lugar mejor y talvez más barato.

Casi las diez de la mañana,los adultos y personas mayores tenían bastante movilidad, no recordaba la última vez que había visto a tantos adultos mayores reunirse solo para pasar un rato y seguramente hablar de chismes. Me daban gracia y me hacían recordar a mis abuelos. Ellos quienes siempre hablaban de sus hijo como si no estuvieran presentes y se burlaban un poco de ellos. Eran gratos los momentos que pase con ellos, pero aquel amor se fue desvaneciendo, mi abuela tuvo Alzheimer y fue consumiendo se lentamente,mi abuelo murió después de ella, su amor fue tan grande, que en su última noche coloco entre sus manos y cuadro de su amada, estaba segura de que una sonrisa fue lo último que dió.

Con un hermoso recuerdo seguí mi camino hasta donde estaban los vienes raíces.

Al entrar el lugar se notaba viejo y poco cuidado. Busqué con la mirada al dueño o encargado pero estaba solitario.

—¿Hola?

Detrás de una cortina salió una mujer, una joven quien recorrió mi cuerpo y enarco si ceja.

—¿Y tú eres...?

Su actitud me molestaba pero lo dejaría pasar solo por qué no quería hacer un pleito en un lugar que no conocía —¿Eres la encargada?

—¡Papá te buscan!

Un señor bastante mayor salió casi al instante.

—Hola señor...

—Oh pero miren a quien tenemos aquí, la chica triste.

¿Chica triste? ¿A qué se refería?

—Dime que es lo que buscas.

—Quisiera ver algún lugar para rentar por unos meses solamente.

—Oh! Claro ,toma asiento.

La chica quien en todo momento me miró, volvió adentro después de verme con sorpresa.

Este pueblo es muy extraño.

(...)

Después de algunas horas yendo de un lado para el otro, llegamos a una casa ,era pequeña pero tenía una hermosa vista, el mar se encontraba solo a unos metros de ahí.

Estaba encantada y creo que valdría la pena quedarme aquí.

Hablamos con el dueño, me dió un descuento solo si la mantenía limpia y en un buen estado, fue tan amable que hasta me permitió quedarme con el amueblado que contenía, lo único que tendría que comprar era un colchón.

La noche estaba haciendo presencia y yo con mis maletas a penas llegaba al que sería mi nuevo hogar temporal.

Todo esto me mantenía ansiosa.

Antes de tirarme al suelo la puerta fue tocada. Al abrir me encontré con Josh y un hombre, al ver su rostro me recordó a la mamá del niño, YoonHi así que asumi que aquel hombre era su hermano.

—Pequeño ¿que haces aquí?

—Venimos a darte la bienvenida.

Señas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora