-Becky, amor. Despierta -la meció su madre por encima de las mantas- debemos ir a la casa de los abuelos.
Becky estaba semi dormida, pero oír eso le quito todo rastro de sueño. En un movimiento quito las frazadas que la cubrían y miro fijamente a su madre. Era sábado. Los sábados eran su día especial. Su día libre. El día en que veía a Freen ¿Por qué ir a la casa de sus abuelos? Eso solo lo hacían los días domingo. La miro con el ceño fruncido en espera de una respuesta, aunque ninguna que pudieran darle le agradaría.
-Los abuelos se van de viaje mañana. Por eso haremos el almuerzo familiar el día de hoy.
-No- respondió seria.
-Becky...
-No iré.
A su madre le agradaba la idea de que su hija hablara más. Pero esta situación simplemente le rompía el corazón. Esos almuerzos se alargaban por horas y volvían muy al atardecer. Si iban era muy probable que Becky no pudiera ir al centro comercial.
-Debes ir- le dijo afligida.
Ella pudo ver como sus ojos se cristalizaban un poco, su rostro seguía con expresión molesta. Supuso que estaba experimentando demasiada impotencia en esos momentos. Salió rápidamente de la cama y se dirigió al baño, donde se encerró durante vario minutos. Toda esa situación le resultaba demasiado injusta. No era justo que la privaran de lo que mas feliz la hacia en el mundo. Sentía un nudo en su garganta. Tanta practica en vano. Trataba de calmarse. Luego de pasar largo rato encerrada finalmente salió y fue hasta la sala donde se encontraban sus padres ya cambiados, listos para salir. Ella simplemente estaba con unos cómodos viejos pantalones de gimnasia y un sweater de lana que le había tejido su abuela hace algunos años.
- ¿No te cambiaras de ropa, cariño? - le pregunto su madre.
Ella negó con la cabeza viéndola de manera fija. Claramente estaba molesta. Muy molesta. Ella sintió como su corazón se oprimía. Becky había estado rompiendo con palabras y ahora un cambio repentino de planes había arrojado todo por la borda en cuestión de minutos.
-Intentaremos regresar temprano e ir al centro comercial ¿Sí? Np puedo prometerte nada. Por favor no te enojes.
Ella la miro fijo y desvió su mirada hacia el otro lado. Se encamino hacia el auto y se subió a él. Cuanto más rápido se librará de la reunión familiar, más posibilidades había de verla al menos unos minutos. Incluso segundos.
Una vez llegados a la casa de los abuelos, Becky apenas y los saludo a ellos por educación. Estaba claramente enojada y no quería que nadie la molestara. Ni si quiera se molestaba en responder con gestos, solo hacia oídos sordos a todo lo que le hablaban. La bronca le había quitado incluso gran arte de su apetito. Los demás reían y hablaban entre ellos. Ella solo miraba fijamente el reloj de la sala. Faltaban tan solo veinte minutos para las seis de la tarde. El horario en que finalizaba el turno del trabajo de Freen. Y sus padres no se veían muy interesados en abandonar pronto la plática. No podía soportar la idea de no verla. Ni si quiera podía ir caminando, dado que la casa de sus abuelos estaba en las afueras de la ciudad. Solo había algo que podía hacer.
-Mama- le llamo tomándola del brazo.
Ella dejo de reír y prestar atención a la conversación para concentrarse en ella. Hacia muchísimo tiempo que no la llamaba así. Solo lo hacía cuando era algo realmente importante.
-Por favor- la miro con genuinos ojos de súplica. Si había alguna esperanza de llegar a ese lugar a tiempo todo estaba en manos de su madre.
La madre vio lo afligida que estaba y luego vio el reloj. Las posibilidades de llegar al tiempo eran realmente pocas, pero lo intentaría.
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La chica de los CD's | Adaptacion freenbecky | TERMINADA
FanfictionEsta historia no me pertenece, es solo una adaptacion, todos los derechos a la auto original