Mᴜᴛᴀɴᴛs | 𝖢𝗁𝖺𝗋𝗅𝖾𝗌 𝗈𝗋 𝖫𝗈𝗀𝖺𝗇

Capítulo 5

Después de todo lo ocurrido, los jóvenes estuvieron esperando a sus mentores en una repisa que había en el exterior de las instalaciones de la CIA. Lia todavía estaba algo chocada por lo ocurrido y no se había percatado hasta en ese momento de que ya había amanecido. Entonces, un coche se detuvo delante de ellos y de él bajaron Charles y Erik rápidamente.

—¡Lia! —la llamó este último mientras corría hacia ella.

La castaña se levantó y corrió también hacia su hermano. Los dos se abrazaron con fuerza y no fue hasta en ese momento en el que Lia se sintió a salvo.

Charles corrió hasta Raven y ambos se abrazaron también.

La castaña levantó su mirada mientras seguía entre los brazos de su hermano y se topó con la mirada de Charles. Los dos se miraron fijamente para comprobar que estuvieran bien hasta que se separaron de sus respectivos abrazos y se juntaron con el resto.

—¿Estás bien? —le preguntó Erik preocupado a su hermana—. ¿Te han hecho algo?

—No, estoy bien —respondió ella para tratar de calmarlo.

—Os van a llevar a vuestras casas de inmediato —anunció Charles para todos.

—No pensamos irnos —dijo Banshee.

—¿Que? —le preguntó Charles incrédulo.

—Él no va a volver a la cárcel —le respondió Banshee refiriéndose a Shaw.

—Shaw mató a Darwin —aclaró Alex y todos agacharon la cabeza apenados, menos Charles y Erik, que abrieron los ojos de par en par sorprendidos.

—¿Shaw? —preguntó este último perplejo y miró a Lia para ver si era cierto.

—Si —afirmó su hermana—. Él fue quien hizo todo esto —miró a su alrededor mientras recordaba lo ocurrido—. Intentamos evitarlo, pero…

—Tranquila, está bien —le dijo Erik y trató de calmarla dándole un abrazo y un beso en la cabeza.

—Mas motivo para que os vayáis —les dijo Charles—. Esto se acabó.

—Darwin a muerto, Charles. Y no podemos ni enterrarlo —dijo Raven apenada y con rabia.

—Podemos vengarle —dijo Erik, aunque parecía más una propuesta que un comentario.

—Erik, ¿podemos hablar? —le preguntó Charles y los dos se apartaron un poco del grupo de jóvenes para hablar entre ellos.

Lia los observó con atención y notó que de vez en cuando Charles se giraba para mirarla. No estaba segura de si hablaban concretamente de ella, pero supuso que más bien estarían planeando que hacer. Entonces, Erik y Charles volvieron a juntarse con el grupo.

—Tendremos que entrenarnos. Todos —recalcó este último dando a entender que lo que había dicho antes Erik iba a cumplirse—. ¿De acuerdo?

—Claro —le respondió Alex.

—Pero no podemos quedarnos —comentó Hank—. Por mucho que abrieran el departamento esto no es seguro y no tenemos a dónde ir.

—Si tenemos —le dijo Charles y miró a Raven con picardía.

[...]

En cuanto Lia vió la gran mansión quedó boquiabierta. Le parecía algo irreal que ese edificio tan grande fuera propiedad de alguien que conocía y, mucho menos, que ese alguien viviera allí.