Jung Hoseok corría detrás de albondiga, la gata que había adoptado como su mascota, aunque era la cazadora del castillo y la animala se consideraba no tener dueño alguno. El joven Jung solía divertirse en buscarla y apachurrarla, sabiendo que eso incomodaba al pobre animal que siempre trataba de librarse de él.
A pesar que era su quinto día del celo, podía pasar su vida con normalidad, gracias a la medicina que el medico Eunwoo le había recetado. No debía estar sufriendo y retorciendose por el deseo sexual y el incomodo calor en su cuerpo.
Aún era buenas horas de la mañana, por lo que el chico estaba con su pijama verde con el cual dormía, era de seda y unos encajes en sus brazos, bajo este solo se llevaba un short que usaba como ropa interior. Ambos ingresaron a un cuarto que tenía la puerta semi-abierta.
—¡Albondiga, ven aquí!—pidió Hoseok sin saber que había ingresado al último cuarto de aquel castillo, siendo el tercer piso, donde estaba prohibido que cualquier sirviente ingresara, el dormitorio del Cabecilla de los Toferghent. Hoseok se detuvo y empezó a buscar de nuevo a la gata que se le había escabullido. Vio la cola del animal, que ingresó a un segundo cuarto.
Hoseok miró a su alrededor, contemplando aquel grande lugar, estaba limpio y muy ordenado; pero no quiso curiosear o preguntarse más, logró atrapar la gata y la llenó de besos, pero ella le dio un arañazo y se hizo liquido en sus manos, logrando escapar de nuvo. Hoseok chilló en bajo: ¡Bendita gata esa!
Ya un poco cansado, la siguió de nuevo, el animal ahora se metió a otro cuarto, Hoseok vio un montón de trajes de buen vestir, elegantes y de seguro muy caros.Hoseok rió divertido, empezando a ver cada uno, distrayendose y olvidando a albondiga.
El cabecilla de los Tofergenht ingresó a su cuarto después de unos cinco minutos en los que Hoseok ingresó. Venía de dar un paseo por el jardín, así que un baño caliente no le vendría mal, su servidora entró primero al cuarto de baño. Había llenado justo a tiempo la tina con agua caliente para su amo.
Namjoon se quitó la ropa en su cuarto y tomó la toalla que estaba sobre la cama, la enrolló debajo de sus caderas, tronó su cuerpo viendo su reflejo sobre un espejo que estaba a la izquierda de su cama, soltó un suave estornudo que lo hizo fruncir el ceño y miró a su alrededor extrañado: ¿Qué demonios?
Jisoo terminó de llenar el agua con el jabón de burbujas, en eso escuchó una sonrisa, miró de un golpe en el pequeño cuarto donde estaba guardada la ropa de su amo, se asomó, notando a Jung Hoseok que se había puesto una camisa del cabecilla y se veía divertido en un espejo, ella tragó saliva y abrio los ojos en par al darse cuenta de la situación. Debía esconder a ese chico a tiempo, justo cuando iba a entrar, vio a su amo ingresar al baño, ella cerró la puerta con rápidez y se giró sobre sus talones, ofreciendo una forzada sonrisa.
Namjoon se quitó la toalla e ingresó a la tina, soltando un suspiro de alivio.
—Ah...acabo de estornudar—comentó Namjoon—¿Será que esa gata se metió al cuarto? necesito que hagas limpieza después—el Duque notó que su sirvienta se había quedado pegada sobre la puerta del cuarto de ropas—¿Jisoo, qué haces?
—Mi señor, eh...revisaré el cuarto y lo limpiaré como le guste. Ire al cuarto de ropa para elegir su vestimenta de hoy.
Jisoo abrió la puerta e ingresó, cuando lo hizo, ya no vio al joven Jung, chilló en sus adentros, empezando a buscarlo, pero no entendía donde esque se había metido.
—¡Jisoo!—escuchó ser llamada, ella salió del cuarto y cerró con cuidado sin hacer ruido, contempló a su amo—. Ahora que lo pienso, no he visto al joven Jung, ve a buscarlo, necesito saber que ha estado haciendo ¡Y ordena que vaya hoy a sus traje de etiqueta! no puede estar ignorando a la institutriz!
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Namseok|| Noblesse
Fiksi PenggemarJung Hoseok es un sangre mixta que no debería existir y cuando su esposo es asesinado bajo la orden de su tirana madre, la Reina de los vampiros, este queda bajo el cuidado de Kim Namjoon, el patriarca de los Toferghent, quien es un hombre muy frio...