CAP 8 - ELEANOR MOREAU

441 49 2
                                    

No puedo detenerme, toda la situación ha sido sumamente angustiante, el dolor en mis senos es insoportable y ni qué hablar del de mi rostro, jamás había sentido esto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No puedo detenerme, toda la situación ha sido sumamente angustiante, el dolor en mis senos es insoportable y ni qué hablar del de mi rostro, jamás había sentido esto. Mis padres nunca tuvieron que reprenderme de una manera cruel y que lo haga ese... Continúo llorando, realmente no sé qué sucede a mi alrededor y a este punto, realmente no me importa, solo contemplo que la muerte sería mi mejor opción para detener toda esta tortura, sollozo.

Escucho voces a mi alrededor, pero estoy tan ensimismada que no soy capaz de reconocer de quienes son o qué están diciendo, solo puedo recordar con repulsión absoluta los golpes, besos y palabras de lord Oxton, de lo asqueroso e indigno que se sintió todo, quisiera poder remover las marcas de su cuerpo en el mío. En este punto me desagrado completamente, solo quiero llorar y llorar, hasta morir.

—Por favor, por favor —percibo por fin una voz— voy a casarme con ella lord Voyl y necesito cuidarla ahora.

Mi hermano parece gruñir.

—Ve y cámbiate primero —finaliza— lo que menos quiero es que le recuerdes nada de lo que acaba de pasar.

«¿Qué acaba de pasar? Mi vida, eso acaba de pasar»

—Por favor mi señora, hábleme —reconozco la voz de Marge, lejos.

Por una razón que no comprendo no puedo, no ahora. Suelo ser muy fuerte ante situaciones complejas, pero jamás, nunca, esperé estar en una como esta.

—La he bañado, le he cuidado con mucho cariño mi señora... —se lamenta— ojalá pueda sentirse más cómoda y pueda hablarme —continua como si le respondiera— su hermano la ha traído a la cama y está pendiente de usted así cómo lo estamos todos. El señor Devine solicita cuidarla en la noche, apelando a su deseo de ser su esposo... ¿cómo no dejarlo cuando fue quién le ayudó?

Derramo más lágrimas, el corazón me duele, un vago recuerdo de él aceptando casarse conmigo a raíz de esta desgracia me llega y con él una fuerte aprensión. Ya había decidido sacrificarme por su felicidad para que ahora él venga a sacrificar de nuevo la suya, por compasión.

—Quiero estar sola. —consigo decir.

—¿Qué ha dicho? —su voz suena sorprendida, repite.

—Por favor, déjenme sola. —hundo mi rostro en la almohada, llorando sin consuelo.

—La última vez que eso sucedió no...

—¡Por favor Marge! —digo contra la almohada.

Lo siguiente que escucho son pasos alejándose, el sonido de la puerta cerrándose.

¿Fui yo quién lo permitió? Si no hubiese salido al jardín nada hubiera pasado, o tal vez, en el momento en el que lo vi debí salir corriendo ¿por qué no reaccione? ¿por qué me quede paralizada? ¿por qué? ¿por qué? golpeo la almohada con toda mi fuerza mientras grito, grito como no pude hacerlo en su momento.

LO QUE NOS HICIERON DESEAR© [COMPLETA EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora