Final

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Para cuando Jimin quiso darse cuenta, ya llevaba casi seis meses siendo "El novio perfecto" —según las revistas— del mundialmente conocido Suga, boxeador de élite.

Jimin nunca se había sentido tan pleno, feliz, lleno.

Un suspiro escapó de sus labios al entrar tras las bambalinas. Yoongi se encontraba peleando en el ring, los gritos de los espectadores se escuchaban aún con fuerza, y Jimin sólo necesitaba un poco de descanso, su cabeza dolía cómo la mierda.

El cuarto apenas tenía cosas, Yoongi odiaba pasar tiempo allí, un simple sofá, un perchero con sus mochilas, algo de ropa, casilleros y un saco de boxeo. Jimin suspiró tratando de enfocarse en el sofá, su vista ya se estaba nublando y maldijo su embarazo, no podía medicarse tanto cómo le gustaba, y la dosis común no le hacía efecto.

Malditas sobredosis, también.

Se sostuvo con algo de esfuerzo contra la pared, respirando profundamente. Era bonito pensar que tenía una vida dentro suyo, un pequeño ser que iba a ser gruñón y una bolita de amor a la vez. Su papá Taehyung le aconsejó y cuando Yoongi no podía cuidarlo, hasta su papá Jungkook se quedaba en casa a mimarlo.

Era tan bonito tener toda la atención.

Oyó la manija de la puerta moverse y agradeció al cielo, necesitaba ayuda para no terminar vomitando todo a sus propios pies. La puerta se abrió apenas, antes de cerrarse y sintió unos pasos a su espalda.

—Amor— Rogó tendiendo su mano a donde la figura estaba parada, y cuando sintió una mano tomarlo por la cintura, perdió el aliento. Esa mano no era de Yoongi.

—Estúpida zorra, no me olvido de tu cara bonita— Murmuró ese hombre. Esas malditas manos, las mismas de las que Yoongi le había salvado.

Y sólo Yoongi podía decir que su cara era bonita.

Pero Yoongi no estaba allí. Y esas manos lo habían tirado contra el sofá, levantándole la camisa mientras tiraba sus pantalones cortos de golpe, dejándolo tan descuidado, débil, expuesto. Jimin quería gritar y lo intentó, un grito desgarrados escapó de su boca hasta que vio como el tipo le metía su chaqueta en la boca, dejándolo amordazado.

Oh por dios, esas asquerosas manos lo estaban tocando donde sólo Yoongi podía hacerlo. Jimin estaba llorando, no quería ser tocado, nadie debía tomarlo si no era su hombre, su amado. La rabia lo estaba consumiendo mientras sentía sus piernas ser tocadas.

Yoongi.

Se removió buscando zafarse, pero ya no tenía fuerza, sus piernas fueron abiertas con fuerza y él sólo podía pensar en Yoongi y en su bebé.

En la vergüenza, el asco, el odio.
Y ya no podía controlar el llanto.

Entonces, la puerta se abrió de golpe, y oyó perfectamente el grito enfurecido de su hombre. En segundos su cuerpo fue tapado y distinguió entre lágrimas a su reciente amigo, Jin, quien le sacó la mordaza de la boca y secó sus lágrimas con la manga de su sudadera, terminando de arreglar sus ropas.

Jimin se sentó encogiéndose contra el chico, observando con su vista borrosa a RM cerrando la puerta del cuarto, clavando su vista en Yoongi.

Y a Jimin le pareció jodidamente excitante como golpeaba al tipo en el suelo, gruñendo cual bestia en cada puñetazo que asestaba contra el cuerpo de ese maldito cerdo.

El rubio se detuvo sólo unos segundos, mirando a su amado totalmente fuera de sí, esperando.

Jimin miró a RM, a Jin, y una débil sonrisa se dibujó en sus labios.

Él tenía el poder por esa vez.

Amore mío, enséñale que sólo tú puedes tocarme— Murmuró, entrecerrando sus ojos sólo para observar entre sus pestañas como Yoongi retomaba sus golpes, seguramente hasta el punto de matarlo.

Jin levantó su mirada, clavándola en el rostro indiferente de su amo, quien tomó su móvil marcando seguramente a sus socios, a sus contactos.

—¿Se hará cargo, señor?— Inquirió, consiguiendo que su amo levantase la mirada y lo observase en silencio, analizándolo con la mirada.

¿Puedo servirte de algo?

—Sí, haré unas llamadas. ¿Quieres acompañarme, cariño?— RM sonrió de lado, alejando su móvil de su oído.

Jin dudó, a sabiendas de cómo terminaría si aceptaba una propuesta así, pero notó a Jimin bastante relajado al ver a su pareja con los puños ensangrentados.
Él quería complacer a su amo.
Asintió, alejándose del sofá para acercarse hasta RM y pararse a su lado, cuidando de que el charco de sangre no ensuciase sus zapatillas de channel.

—¿Qué desea, Dueño Mío?— Inquirió, abriendo sus labios levemente sólo a la espera de RM.

—Meter mi lengua en tu boca— Habló, encajando sus labios juntos.

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2023 ⏰

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Amore Mío (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora