La historia no es de mi pertenencia, pero la autora la borro, así que la resubi para aquellos que les gustó y ya no la pueden leer
La historia original le pertenece a: Somcita
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[Capítulo perteneciente a Somcita]
─Kokonoi, Hanma Ran y Rindou─
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KOKONOI
-Al principio estaba un poco indeciso, porque, para él, este simple acto estaba a punto de impactar en su corazón. Tendría que asegurarse de que siempre estuvieras de acuerdo con que él te empujara hacia sí o simplemente te sentará en su regazo cuando se ocupara cualquier otro asiento.
Obviamente él era nuevo en esto, podías sentirlo a través de su ritmo acelerado pero sonriendo para sí mismo, envuelves sus brazos rígidos en tu cintura y te mira confundido.
─¿Está esto realmente bien?─
─Koko, has estado conmigo durante seis meses─
Ha superado esa barrera, por lo que la aprovecha al máximo.
Estás leyendo un libro en el sofá cuando él se acerca a tu lado para leer lo que sea que estés leyendo, pero tiene dificultades para tratar de mantenerse al día con su posición, así que te volteaste hacia él riendo.
─Está bien, estaré bien─
Te sientas en su regazo, con el cuerpo girando hacia un lado mientras sostienes el libro más cerca de ustedes dos y sus brazos serpentean al rededor de tu cintura, acercándolos más mientras tú estabas un poco nerviosa por como sus manos comenzaron a acariciar tu cintura.
Pronto, siempre encuentra la manera de dejar que sus manos se deslicen debajo de tu camisa solo para descansar sus manos en tu cintura y cadera desnudas. Lo más importante es tu estómago cuando sus brazos te rodean. Le encanta mantenerlas allí, a menudo intenta hacerte cosquillas, lo que hace que te deslices de su regazo y caigas al sofá, la batalla continúa.
Le gusta apoyar la barbilla o la mejilla en tu hombro y hace pucheros sin ninguna razón aparente. Le gusta lo cálida y suave que es tu ropa, está dispuesto a quedarse dormido ahí, abrazándote como un oso de peluche al que nunca dejaría ir.
─¿Por qué haces pucheros?─
─Solo quería─
Cuando está emocionado (esto es tan jodidamente lindo), sus manos en tu cintura tocan tu estómago o continuamente levantan ambas manos en un movimiento que sube y baja mientras sus ojos brillan con anticipación al ver una película o recibir las buenas noches.
Si estás frente a él mientras aún estás sentada en su regazo, a él le gusta pasear sus manos desde tu hombro hasta tus muslos, simplemente cierra los ojos y apoya la cabeza en tu pecho mientras lo abrazas.
─Te sientes tan bien, ¿También es un nuevo gel del baño?─
Le encanta mimarte con besos en la nuca, cuello y hombros. Te desconcierta cuando lo hace decenas de veces.
