La historia no es de mi pertenencia, pero la autora la borro, así que la resubi para aquellos que les gustó y ya no la pueden leer
La historia original le pertenece a: Somcita
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MIKEY
-Como esposa de Mikey, tratas tu matrimonio con él como se esperaba desde que se casó contigo formalmente. Por lo que corres hacia él con un botiquín de primeros auxilios tan pronto como lo ves llegar con cortes y un labio roto. No todos los días Mikey realmente se lesiona, es un gran luchador, pero en los desafortunados días en los que lo hace, nunca dejas de rodearlo de preocupación.
─Estoy bien─ asegura con la voz más suave que pudo reunir, tomando tu mano entre las suyas obligándote a mirarlo ─te tiemblan las manos, cariño, te prometo que estoy bien. Apenas es un rasguño─.
─Apenas un rasguño, mi trasero─ murmuras con desprecio, haciendo sonar las lágrimas de ira que cayeron por tu decepción. Lo último que querías era tu preocupación hiciera que él se preocupara; él ya estaba pasando por muchas cosas y se esperaba que tú fueras su fuerza cuando le faltaba, no la que tiembla y se estremece con cada lesión con la que lo inspeccionas ─estúpido. Deberías haber tenido más cuidado─.
A pesar de ser regañado, Mikey no puede evitar sonreir ─Lo tendré en cuenta...así que deja de llorar, por favor. No puedo soportar verte así─.
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RAN
-Ran ya sabía que iba a tener un regalo mucho antes de que volviera a casa. Siempre te has presionado para mantenerlo libre de rasguños tanto como sea posible, casi desmayandándote cada vez que llega a casa con un pequeño hematoma después de molestar a Rindou. No es nada serio y estás segura de que tú esposo es lo suficientemente fuerte para cuidar de sí mismo, eso nunca alivia la preocupación que sientes cuando el hombre alto camina lentamente hacia ti, las comisuras de sus labios se inclinan en una sonrisa incómoda y nerviosa.
