Capítulo 6

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Los días se habían pasado volando. Tan rápido que un abrir y cerrar de ojos ya era viernes. El día de la fiesta.

El resto de la semana había sido normal. Luego del "pequeño incidente" en el mall, mis nuevas amigas me apoyaron y me consolaron. Les terminé contando el por qué de mi inseguridad con mi cuerpo y que ya estaba "mejor", pero que Evan nuevamente dijera esas cosas horribles sobre mi cuerpo como hacía años atrás, me traía recuerdos espantosos y hacía que me sintiera exactamente igual a como me sentía a los doce.

Desde aquel día no había vuelto a hablar ni cruzar siquiera mirada con Evan, el solo verlo me repugnaba. Con Jack tampoco, no me lo había cruzado por los pasillos. Tampoco compartíamos clases, él era más grande. Esperaba que no se hubiera olvidado de la invitación y que no me dejara plantada. No me había enviado siquiera un mensaje de texto, pero yo tampoco le había dado mi número así que era normal que no lo hubiera hecho.

Ya había preparado hacia un rato lo que me iba a poner. Era un jean de cuero ancho junto con una blusa blanca, no me había esmerado demasiado pero tampoco estaba de humor como para vestir algo más llamativo.

Me senté en el pie de la cama mientras observaba el atuendo escogido. No era la gran cosa pero me sentiría cómoda con aquello, y eso es lo que valía, ¿no?

Sentí unos golpes en la puerta de mi habitación.

—Adelante.

Entró mi mamá con una pequeña sonrisa para luego sentarse a mi lado y darme un cálido abrazo, que no sabia a qué venía.

—¿Sucede algo?— dije algo extrañada a la vez que le devolvía el abrazo.

—¡Es tu primera fiesta!— exclamó con entusiasmo—. Quiero ver que te pondrás.

Mi vista se dirigió a la ropa que estaba apartada a un lado en la otra punta de la cama, mi mamá siguió mi mirada hasta que la suya también se topó con el atuendo. No pude notar ninguna expresión en su rostro.

—¿Pantalón largo con este calor?— preguntó inocentemente.

Asentí con la cabeza y rogué porque no se convirtiera en una charla de por qué debería ir vestida de otra manera, y bla bla bla.

—Me parece bien— dijo finalmente para mi sorpresa— lo importante es que te sientas cómoda.

Iba a contestarle pero el sonido de mi celular me distrajo. Era un mensaje de texto de un número que no tenía entre mis contactos. Con el ceño fruncido lo toqué para ver de qué se trataba.

"Hola, qué tal? Soy Jack. Aún sigue en pie lo de esta noche?"

Una pequeña sonrisa se esbozó en mi rostro al ver aquella notificación, y mi madre pudo notarlo.

—¿Y esa sonrisa? ¿Quién es el chico?— preguntó pícaramente mientras una sonrisa de oreja a oreja se formaba en su rostro.

—Nadie, es solo Jack— aclaré—. Me pasará a buscar para ir a la fiesta.

—¿Jack? ¿Jack, Jack?— repitió atónita sin poder creerlo— ¿tendrás una cita con Jack?

—Ay, mamá— rodé los ojos a la vez que una pequeña risa se escapaba de mi boca—. No es una cita, iremos a una fiesta y se ofreció en llevarme, seguro por cortesía, no más que eso.

—Le gustas a los dos hermanos— bromeó— que divertido triángulo amoroso.

Puse los ojos en blanco nuevamente ante aquel comentario, a la par que mi mamá abandonaba mi cuarto para seguir con sus actividades.

Decidí contestarle a Jack.

"Por supuesto, estaré lista"

Tras enviar el mensaje me dispuse a comenzar a prepararme.

Olivia y los hermanos ScottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora