I N F E C T I O N [Adrinette/ Felinette] +18

[V] D E S T R U C C I Ó N

FINAL

Me sentía horrible. Me ahogaba en llanto pero me mantenía calmada a la vez, ¿cómo era eso posible? Y cuando llegué a casa sólo pude acostarme en la cama para llorar.

En mi mente solo se repetía lo sucedido hace unas horas y no podía evitar llenarme de culpa.

¿Cómo fui capaz de hacer eso?
Me sentía tan sola y desplazada que no pensé bien en nada. Fui egoísta y sólo le di rienda suelta a mis actos por dolor y enojo; me arrepentía por eso.

Felix me hizo sentir bien un momento, me dio un poco de atención y como una estúpida sólo me dejé llevar por eso. ¿Eso valía mi relación? ¿Una sonrisa prepotente y un poco de deseo?

No merecía a Adrien. No merecía nada bueno de lo que él me dio en todos estos años conociéndolo y realmente no merecía nada bueno de ahora en adelante pues todo lo que sucediera ahora sólo serían las consecuencias de mis actos.

Adrien quizás está luchando por lo nuestro al seguir su plan; aunque eso me haya hecho sentir miserable, nada podía justificar lo que le hice y lo peor de todo es que muy en el fondo lo volvería a hacer porque en los brazos de Felix me sentí libre, como nunca antes lo había sido.

🖤☠️🖤

La siguiente semana pasó en calma; al menos para todos a mi alrededor. Mi mente no dejaba de pensar en que necesitaba la atención que había recibido de Felix y mi corazón dolía por pensar en el amor que proclamaba a Adrien, en la culpa por engañarlo y en lo miserable que me hacía sentir su actitud hacia mí.

Y lo sabía, no tenía derecho a sentirme molesta después de lo que hice pero mi cerebro no dejaba de buscar excusas para hacerme sentir mejor. Para mantenerme en calma y no ser presa fácil para Monarca.

Había días en los que el miedo me embargaba porque, ¿y si Felix le contaba todo a Adrien? ¿Debía yo decírselo antes de que eso pasara?

Felix no se había vuelto a acercar a mí. Supuse que al menos tenía algo de compasión y obedeció mis palabras, o simplemente tenerme en su cama fue como un premio y ya no necesitaba convencerme de más.

Pero...todavía había algo que no dejaba de atormentarme; ¿a qué se refería Félix con que le gusté desde el primer momento? ¿Hablaba de años atrás? Jamás me dio algún indicio, es más, parecía odiarme desde siempre.

—Marinette—la voz de Tikki me sacó de mis pensamientos—, ¿no crees que deberías ir a un médico? Realmente te ves muy mal.

—No te preocupes, Tikki. Sólo necesito descansar.

—¿Pero cómo harás eso si no puedes dormir si quiera?

—Hoy lo haré. Te lo prometo—dije acostándome en la cama nuevamente.

Mi kwami no quiso alterarme más y fue a la parte baja de mi habitación. Cerré los ojos y anhelé soñar con él y la ilusión de libertad que antes me daba; sin embargo eso había dejado de pasar gracias a la culpa.

Aproveché para dormir un par de horas en mi dia libre hasta que una llamada me hizo despertar.

—¿Diga?—contesté soñolienta.

—¿Señorita Dupain?

—Sí. ¿Quién habla?

—Soy Edward Ross, el manager del joven Adrien.

Me senté de prisa sobre la cama. ¿Qué hacía el llamándome? Lo poco que sabía era que Edward era el manager que Adrien había contratado a espaldas de su padre para buscar empleo en otras empresas y así desligarse de todo lo que tenga que ver con la marca Agreste.