[VI] R E C R E A C I Ó N

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Epílogo

—No puedo creer que el tiempo pase tan rápido—habló mi esposo junto a mí, con una hermosa sonrisa.

El día estaba radiante, algo poco inusual en esta época de año en Londres, y el aire en el parque parecía más puro para nuestra caminata que me hacía pensar en que el universo estaba de nuestro lado, aunque en mi pecho la angustia inexplicable desde que me levanté esa mañana decía lo contrario.

—Yo tampoco.—Sonreí al sentir la calidez de su mano entrelazada con la mía y la felicidad en sus ojos—. Ya quiero tener a nuestro bebé en brazos.

—Estoy nervioso—dijo, deteniéndose para ponerse frente a mí—. Quiero ser el mejor padre del mundo, Marinette. Quiero hacerte feliz a ti y a nuestro bebé sin importar qué. Yo podría darte el universo si me lo pides y lo sabes.

—Lo sé, tonto, por eso es que me casé contigo.

Felix sonrió y se acercó para darme un casto beso en los labios. Uno tierno y suave mientras sus manos se posaron en mi vientre. Apenas se notaba lo abultado que se ponía, pero éramos felices por saber que nuestro hijo crecía allí.

—Sólo faltan cuatro meses para tenerlo y no hemos elegido nombres—susurré—. Tengo varias opciones y sé que tú también las tienes pero...decide ahora, Felix.

—¿No quieres esperar una semana para saber el sexo del bebé y elegir ahí?—preguntó con sus ojos azules mirándome con curiosidad; negué y él soltó una risita.

—Me gusta Louis si es niño, ¿y a ti?

—Me encanta. Emma me parece un nombre muy elegante para una niña, ¿te gusta?—asentí.—Bien, ya tenemos dos nombre hermosos y ahora sólo nos queda esperar una semana para ver quién gana.

—¿Apostáremos con el nombre de nuestro bebé?—dije con algo de diversión. Felix me lanzó una mirada cómplice—. Bien, sabes que siempre gano desde que éramos niños así que yo pido una isla privada con mi nombre.

—Hecho, pero te la compraré aunque no ganes.

—¿Ves que siempre gano?

Felix me tomó de las mejillas y me besó con ternura, sin embargo, una punzada de angustia de hizo presente en mi pecho. Algo desde que empezó este día era extraño y lo trataba de ignorar.

—Te amo, Felix.

—Yo te amo más, Marinette.

Estuve a punto de darle otro beso pero su celular sonó y se alejó de mí para contestar.

—En otras noticias...—la voz de una reportera se hizo presente en la radio de una pequeña caseta de dulces—, mañana 19 de mayo se prevé una tormenta en las costas de Australia; muchas personas se hallan...

La voz de la reportera continuó pero mi mente se quedó atascada en algo; una hermosa mariposa blanca pasó revoloteando frente a mis ojos y como si algo me hubiera atravesado la cabeza, un dolor insoportable comenzó.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi cuerpo no respondió a nada que caí al suelo con fuerza. Felix se acercó a mí para sostenerme entre sus brazos. Mis ojos seguían abiertos y yo seguía llorando por el dolor pero mi cuerpo era inútil.

I N F E C T I O N  [Adrinette/ Felinette] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora