[IV] T R A I C I Ó N

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Mi corazón seguía bombeando con fuerza. Aún después de haber llegado a mi hogar, el miedo seguía recorriéndome por completo.

Felix sabía que yo era Ladybug.

Felix me había dejado ir.

Sus motivos para dejarme ir, creo que eran obvios. Se iba a divertir conmigo como un gato con su presa.

Ya amanecería pero no podía dormir tranquila. No había deshecho mi transformación porque , ¿y si él venía por mí? ¿Y si  lo que me dijo era un engaño?

En el silencio de la noche, en la oscuridad de mi habitación, me mantenía atenta a cualquier sonido. Iba a volverme loca y esta era la primera de muchas noches.

🖤☠️🖤

—Destransformación—musité, y Tikki fue expulsada de mis aretes.

—¿Marinette?

—Come, Tikki. Debemos irnos a la oficina.— Me puse de pie, algo mareada.

—Ya debes dejar de hacer eso—regañó—. Estar toda la noche con la transformación...apenas si estás durmiendo; y todo esto terminará matándote antes que puedas ver a Felix otra vez.

—Estoy bien—mentí.

Hace tres días de la gala que no pude descansar. Cada corto lapso de sueño se ocupaban con Felix y su maldita sonrisa prepotente; sus ojos que jugaban conmigo y las sensaciones de sus manos tocándome, mientras yo disfrutaba de aquello. Gemía su nombre y jadeaba por el simple hecho de escucharlo decir el mío.

Era un completa pesadilla. Soñar que lo mataba me parecería muchísimo mejor que eso; y no comprendía por qué mi mente me torturaba de esa manera. Lo odiaba.

Cada segundo que pasaba tenía miedo de que Felix apareciera y le hiciera daño a mis padres para obtener mis miraculous. Estaba por volverme loca y estaba sola; Adrien sólo me había mandado un mensaje la noche de la gala diciendo: "Lo siento, Marinette. No sé que me sucede pero no deseo desobedecer a mi padre."

¿Era todavía esto parte del plan? Ya no sabía que pensar.

Guardé varias galletas para Tikki en mi bolso, y cuando estuve lista bajé de mi habitación.

—Buenos días, Cielo—saludó mi madre—. Te hice ensalada de frutas; siéntate a comer.

—Buenos días—saludé dándole un beso en la mejilla—. Por ahora no, mamá. Estoy algo apurada.

—¿Segura?—Preguntó mi madre al verme tomar un jugo.

—Estoy bien, mamá. Nos vemos luego.

—Deberías pedir que te den unos días libres; se ve que no duermes bien hace mucho. ¿Tienes mucho trabajo acaso?

—Algo así—mentí—, pero estoy bien. Ya pasará. Te quiero.

Me despedí de ella con un beso en la mejilla y salí de mi hogar. Suspiré cuando ingresé en mi auto y me apoyé por completo en el respaldo del asiento, mientras cerraba los ojos.

«¿Por qué está en mi mente?»

—Marinette, pienso que deberías ir con un médico que te de algo para que puedas dormir tranquila—dijo mi kwami, asomándose por mi bolso.

I N F E C T I O N  [Adrinette/ Felinette] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora