14. LAS TEMIBLES CONSECUENCIAS

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(🚬)

Sin pensarlo las cosas se volvieron peores con el tiempo, se sumaron dos días más después de que Jason la visitara a su departamento y le dijera todo lo que antes no había podido. Ese día, al tener el sol ya brillando con intensidad hasta llegar a su ventana Jason tuvo que irse rápidamente.

Ambos aceptaron que si alguien los veía juntos como mercenario y heroína, harían muchas preguntas y eso solo traería problemas, aún más al saber la mala fama que tenía Red Hood en las calles.

Al segundo día al llegar a la Batcueva todos se enteraron de la pelea que habian tenido Red Hood y Batman en una de las patrullas nocturnas del Murciélago de Gotham, en la que Bruce trató desesperadamente de hacer justicia para el herido Tim Drake que se encontraba inconciente hacía tres días atrás después de la pelea tan injusta que habían tenido en contra del mismo mercenario.

La conclusión de ésta pelea había sido clara, el mercenario había sentenciado a la ciudad y con ella, al Joker y a Batman.

Rachel solo podía pensar en lo desesperada que se sentía, viendo las noticias que se repetían en casi todos los canales. Todas, sintonizando como Jason vestido de Red Hood había empezado su plan para que más personas estuvieran en contra de los Titans y de Batman.

—Rachel, trata de calmarte ¿si? Sacaremos a ese delincuente de las calles muy pronto. —aseguró Gar, sentado en la cama de su habitación con una laptop en su regazo. Pensando que aquello era lo que tenía ansiosa a su amiga.

La pelimorada gruñó, paseando por la habitación con desesperación y mirando de vez en vez a la pantalla. Tomó el control remoto de la cama con la mirada de Gar fijada en sus acciones y apagó el televisor después de varios intentos fallidos, paseo de nuevo por la habitación y se llevó una mano a la cabeza, sintiendo sus ojos picar de manera diferente.

Sus ojos destellaron de color rojo y su gema brillo con intensidad, asustando un segundo después a Gar al sentarse en la cama con los ojo volviéndose negros y un pequeño grito de rabia que rompió la pantalla de la laptop.

—¡Joder, Rachel! —chilló Gar, asustado. Se levantó de la cama y llegó hasta la chica, sentándose sobre sus talones para observarla— Rachel, escuchame. Calmate, vamos, tú puedes.

Pero ella no podía escucharlo, estaba tan centrado en un pequeño recuerdo que había tenido con Jason dos días antes.

—Te fuiste, me dejaste... Y pase por mucho y me desarrolle como persona. —susurró Rachel, sentada en el suelo con Jason abrazandola.

Jason asintió, sonriendo.

—Bien. Lo más probable es que si hubieramos seguido juntos no hubieses ido a la universidad. Te hubieras mantenido conmigo y no tendrías esa exelente carrera. —colocó una mueca, cerrando los ojos. Resignado—Psicología, eh.

—Tenía muchas ganas que fueras a mi graduación. —confesó, jugando con sus manos.

—Yo también.

—Rachel. —salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Gar llamarla, y trató de calmarse al ver la piel de sus manos totalmente gris.

Sus ojos volvieron a ser los de siempre, y Gar sonrió contagiandole su ánimo a ella que solo soltó una disculpa por la laptop rota. Esa tarde paso con tranquilidad, el día estaba precioso pero a pesar de la insistencia de Gar por salir a dar un paseo Rachel solo no tenía ánimos, la ansiedad sobre saber que actos Jason volvería a cometer la tenía al borde de la locura... Además, sentir la presión de que alguien de su equipo pudiera salir herido también la tenía mal.

𝐌𝐘 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐒, JAYRAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora