›FUTURO, TIEMPO ACTUAL.
›GOTHAM CITY.Fueron horas las cuales Red Hood paso recordando sus vivencias, todo lo que había ocurrido después de su muerte y como aquella chica de ojos zafiro lo había ayudado para que se volviera una persona mejor, una persona que se había retirado de aquellos días de venganza y resentimientos, sustituyéndolo por amor y cariño.
Sintió el calor del amanecer y de los rayos del solo en sus piernas, deslizándose hasta llegar a alumbrar aquella oscura ciudad y con ella, a la gárgola y a él.
Estaba preparándose para levantarse e irse al escuchar un sonido detrás de la estatua a sus espaldas e inmediatamente supo de quien se trataba al oir una risita. Una pequeña niña de cabellos castaños y lindos mechones rosas caminó hasta él entre saltitos, sentandose a su lado.
Jason la miró, bufando.
—¿Que haces aquí, Aura? —cuestionó— ¿Dónde está mamá?
La niña sonrió con inocencia— ¿Paseaba por aquí? —Jason la miró entrecerrando sus ojos— Ach, esta bien. Mami te esta buscando, esta preocupada. Dice que puedes hacer una locura, ¿es cierto?
El mayor suspiró, se había escapado del departamento para despejarse un poco y no había sido su intención preocuparlas a ellas. Y menos atraer a su pequeña hija de cuatro años hasta ahí con ayuda de sus poderes inestables.
—Ven aquí, princesa —llamó con cariño, haciendo que Aura se acercara un poco más y apoyará su cabeza en el hombro ajeno.
—No harás ninguna locura, ¿verdad? —preguntó con inocencia, repitiendo las palabras que había escuchado de su madre.
—No. —Jason sonrió un poco, acariciando el cabello bicolor de la niña— Solo vine a estar un momento a solas, recordando mi vida hasta ahora.
—¿Y que tal?
—Es la mejor vida que he podido tener. —la abrazó, besando la cabeza de Aura— Ahora vamos, tú mamá aún debe estar preocupada y sinceramente, se preocupara más si ve que te escapaste de Damián.
—Yo no me escape del tío Dami. —replicó, cruzando sus pequeños brazos. Jason sonrió burlón.
—Si, claro.
(...)
›DOS MESES DESPUÉS
A penas estaba anocheciendo cuando en un callejón al azar de Gotham el cuerpo de una niña pequeña cayó sobre el pavimento, siendo expulsada de un portal morado que se cerró al instante.
La pequeña Aura se levantó del suelo con los ojos llorosos, mirando a su alrededor mientras tocaba con cuidado la herida que se había hecho en la rodilla al caer. Atenta escuchó un caja caer al suelo delante de ella y se puso alerta, en su mente inocente sabía que al estar en ese callejón de noche y en esa ciudad precisamente solo podría traer problemas como siempre le habían dicho sus padres, por un momento quiso esconderse, pero al ver el cabello blanquecino de alquien pequeño detrás de algunas cajas la curiosidad la lleno.
Las luces en aquel lugar eran escasas, pero al acercarse un poco observó los ojos azules igual de curiosos que la miraban.
Sonrió, y habló con suavidad— Hey, Hola. Sal de ahí, no voy a hacerte nada.
Por algunos minutos Aura se quedó ahí, parada, esperando que aquel niño saliera de su torpe escondite. Lo vió ocultar su cabeza y mirarla un par de veces hasta que se decidió, saliendo de manera tímida.
Y ambos niños se miraron, ambos tan diferentes sin siquiera saberlo.
—H-Hola... —sonrió el rubio con timidez. Acercándose un poco más a ella— ¿Te perdiste?
La niña negó, mirando el extraño collar que adornaba el cuello del rubio, dorado y con grandes letras...
—¿Y tu? ¿Tambien te perdiste? —preguntó de vuelta con inocencia, llevando su mano rápidamente al cabello del niño. Era suave.
Éste se apartó de inmediato con el ceño fruncido y aclaró.
—Aquí vivo.
—Pero, ¿y tu mami, y tu papi?
—No me quisieron. —lo dijo con una nota de tristeza en su voz, apretando con su mano derecha la camisa que cargaba.
Aura hizó un puchero, y se acercó un poquito más al rubio de piel blanca, tendiendole la mano con una sonrisa.
—Siento eso. —susurró con tristeza, pero de inmediato una sonrisa reemplazo su mueca— Pero yo puedo quererte, puedo ser tu amiga. Pero primeros tienes que decirme como te llamas.
El niño se vio sorprendido un momento, abriendo sus ojos al máximo y mirándola como si estuviera loca. En realidad, él siempre espero golpes antes que buenas palabras, siempre había sido así en su vida y el collar que aún cargaba en su cuello era un recuerdo de ello.
—Yo...
La mirada verde de la niña solo lo hizo tartamudear, provocando que raspara las plantas de sus pies descalzos con el suelo en un gesto nervioso, y cuando abrió la boca para contestarle los pasos de alguien entrando al callejón apresuradamente se escucharon.
—¡Aura!
Rápidamente el niño se escondió, observando con recelo al hombre castaño que se sentó sobre sus talones para revisar a la niña con preocupación. Hablándole con una calidez que él solamente había escuchado de gente desconocida hablándole a sus hijos.
—Estoy bien, papi. Estaba hablando con un amigo, estaba aquí y lo espantaste... Es rubio, y bonito... —parloteaba Aura, siendo cargada por su padre que solo asentia a sus palabras y soltaba un suspiro aliviado al encontrarla bien.
Aura se sostuvo del cuello de su padre con sus pequeños brazos y sonrió hacia el niño al verlo salir un poco de su escondite, se despidió con la mano y susurró un ligero "volvere" que hizó al rubio sonreír.
Y mientras la veía irse junto a aquel hombre, y estar ya lo bastante lejos del callejón se volvió a esconder y susurró.
—Me llamo Ethan, Ethan Quinzel.
©LUBEISKASALAS 2023
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𝐌𝐘 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐒, JAYRAE ✔
Fanfiction𝐌𝐘 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐒 ┆ JAYRAE Meses después de la muerte de Donna Troy, un segundo Titan muere a manos de un psicópata en su lugar de origen; Gotham City. Tiempo después sus compañeros comienzan a olvidarlo, dejando de hablar de él como si nunca hubie...