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Hola :) gracias por entrar a leer mi historia. Esta no es la segunda parte de "Malentendido", aún estoy trabajando en ello, pero por ahora les traigo esta historia que es mas cortita <3 Por favor, cualquier crítica constructiva, comentenla. Gracias!

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Advertencia: esta historia toca temas como el suicidio y la muerte, se recomienda discreción.

Como todos los sábados por la mañana, 7:00 AM, la chica entró frotando sus ojos a la sala de empaque que quedaba en la parte trasera del enorme supermercado. Llevaba varios meses trabajando ahí. Su trabajo era buscar los productos de los pedidos realizados por internet, registrarlos en la aplicación de su celular y luego embolsarlos para que alguien más se encargara de entregarlo al cliente o al repartidor. Los llamados "Shoppers". No era un trabajo difícil, pero si agotador pues debía estar caminando todo el día de un lado a otro. Chaeyoung había decidido entrar a trabajar los fines de semana ya que eran sus días libres, ya era una rutina para ella despertar cada sábado y domingo a las seis de la mañana para alistarse y luego caminar durante veinte minutos desde su casa hasta el supermercado.

—Buenos días —saludó a sus compañeros que ya habían llegado y estaban esperando que se les asignara un pedido—. Buenos días —repitió cuando se acercó al mesón principal, donde había una chica sentada frente a una pantalla.

No obtuvo respuesta, pero estaba acostumbrada. La chica del mesón, Mina, no parecía ser una persona madrugadora, pues cada mañana parecía estar de peor humor que durante el resto del día. Chaeyoung suspiró y se limitó a firmar la hoja de asistencia para registrar su llegada, luego se puso su delantal y su gorra con los colores representativos del supermercado.

Enseguida abrió la aplicación en su celular y un pedido le fue asignado. La chica se colocó sus audífonos, puso la música a todo volumen y caminó por todo el local buscando distintos productos, echándolos al carrito de compras. Cuando ya tenía todo lo necesario en el carro, volvió a la sala de empaque a embolsar las cosas.

Metía los productos en una bolsa, cerraba la bolsa con cinta adhesiva y luego ponía una calcomanía en la bolsa, indicando si los productos en su interior eran frescos, congelados o frágiles, todo mientras tarareaba bajito la canción que estaba escuchando. La única forma en que Chaeyoung podía aguantar estar tantas horas haciendo lo mismo una y otra vez, era escuchando sus canciones favoritas. 

En eso estaba, cuando uno de los audífonos se separó de su oreja.

—Te estoy hablando.

La chica volteó hacia atrás, extrañada.

—¡Llevo media canción intentando que me escuches, Son Chaeyoung! —era su amiga, Dahyun, quien picó una de sus mejillas con un dedo.

Dahyun era una chica que asistía a su misma universidad, Chaeyoung había sido quien le había recomendado el trabajo y desde el día en que Dubu, como le llamaban por su blanca piel, había entrado a trabajar junto a ella, los días habían sido mucho menos aburridos.

—Perdón, sabes que escucho la música a todo volumen —se disculpó.

—Y eso te va a dejar sorda, más de lo que ya estás.

—¿Cómo estás? —ignoró el reto de su amiga.

—Pues son las ocho de la mañana de un sábado y estoy en pie, trabajando... creo que podría estar mejor.

—Me encanta odiar el trabajo un sábado por la mañana —apoyó Chae.

—¿En que turno saldrás a almorzar?

Shopper (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora