Barcelona. Él.

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Barcelona está preciosa.

Siempre lo ha estado, pero últimamente tiene otros ojos, otros labios, otra sonrisa.

El otro día me llamó y me habló de ti, de tu cara de sueño por las mañanas, de tu coche recorriéndola sin valorarla. Ella se extrañó, todos la miraban con recelo, con admiración, con belleza. Pero él no.

Y por eso me llamó, quería encontrar el motivo. Respondí indecisa, pero clara.

"Espero que al menos, se valore a él, Barcelona."

Se quedó sorprendida, y me dijo que se marchaba. No quería perderse su sonrisa, sus ojos dormidos y sus bostezos de las ocho de la mañana. Le dije que tenía suerte. Y ella solo respondió:

"Oh, él también la tiene. Te tiene a ti."

Te quieros a destiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora