Capítulo I

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NOTA DE LA AUTORA

Los lugares, eventos y personajes representados en esta historia pertenecen a la ficción. La base de algunos de los personajes (hombres lobo) forman parte de la mitología popular, a la cual le haré cambios y adaptaciones para el propósito del argumento de esta historia en la que se presentarán situaciones adultas, entiéndase como no sólo situaciones de orden sexual, que podrían incomodar al público más joven o sensible, por favor tómenlo en cuenta.

De antemano agradezco el apoyo de todas y cada una de las personas que lean o incluso consideren leer esta humilde obra que me hace mucha ilusión comenzar, ya que es algo que siempre he querido hacer: escribir y averiguar si es posible tener un lugar en esta amplia comunidad.

De nuevo, muchas gracias.


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En esta época ya nada logra sorprender a los seres humanos. Hemos pasado por tanto, hemos visto tanto, que ya sorprendernos, como sociedad, resulta difícil. Ha habido a lo largo de nuestra historia, guerras, pandemias, masacres y cualquier tipo y cantidad de cosas terribles que pondrían en duda la existencia de bondad o cualquier sentimiento noble en el ser humano.

Pero cuando los hombres lobos hicieron su aparición formal, cuando por fin demostraron que existían y que caminaban entre nosotros, definitivamente causó una gran impresión. Esta era la confirmación de que había seres sobrenaturales entre nosotros, que siempre los había habido, o que quizás simplemente se trataba de seres superiores biológicamente, de mutaciones de las que no se tenía ningún conocimiento o tal vez era una mezcla de ambas cosas, pero de todas maneras se trataba de lo desconocido.

Aunque pensándolo bien, puede que no haya sido tanto el impacto si de todas maneras, estaban dando pistas desde hacía muchos, muchos años, desde las historias que se contaban desde hacía siglos y que la gente tomaba como folklore o supercherías, hasta las historias extrañas que se presentaron en los últimos años. Eran pistas que se presentaban como las piezas de un rompecabezas que tímidamente pide ser armado.

De todo esto, por lo menos de lo ocurrido en la historia reciente, no tengo una idea real por mí misma, o alguna noción de primera mano pues cuando este proceso comenzó yo ni siquiera había nacido. Pero mi familia, mis abuelos y mis padres, siempre comentaban cuando era niña, con recelo, con temor, a veces con añoranza de cómo eran las cosas antes y de cómo pudieron haber seguido de haber sido otra la suerte de los humanos.

A todos los llenaba de estupor y de extrañeza. No cabía en la cabeza de nadie que estos seres pudieran de verdad existir sin que fueran simples historias o malinterpretaciones de algún desorden o enfermedad como el hirsutismo.

Esto era cierto, era real, no era ninguna historia fantasiosa aunque sí parecía salir de una y la mayoría de las personas estaban teniendo muchos problemas para entenderlo y adaptarse.

En reuniones familiares se contaba como empezaron a aparecer, en zonas aisladas, como no queriendo llamar la atención, algunos hombres más altos de lo normal, por encima de los dos metros de altura, fuertes, intimidantemente grandes y musculosos. Todos pensando con gracia que solamente eran hombres favorecidos por la naturaleza, que eran los 'galanes del pueblo', pero no era así, ni siquiera se interesaban por conquistar a las mujeres en general. 

Contaban las historias que eran muy retraídos, que eran extraños, que tenían algunos comportamientos que parecían más propios de un animal que de un ser humano, pero nunca logré enterarme de muchos detalles de estas historias cuando las contaban en mi familia, quizás eran cosas tan escabrosas, que preferían protegerme de ese conocimiento que sólo me llenaría de temor.

El síndrome de GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora