Esa primera parte del curso transcurrió sin novedades para Camila hasta inicios de diciembre, cuando una tarde en la que entró al vestidor porque tenía entrenamiento con el equipo de natación, al quitarse la ropa descubrió que su ropa interior tenía una mancha rojiza. Se quedó estupefacta inicialmente, pero solo necesitó unos segundos para comprender lo que estaba sucediendo. Nerviosa, sacó la cabeza por la puerta entreabierta del cubículo y llamó a una de sus compañeras.
_Puedes ir al salón de quinto año y traer a Lauren. -Le rogó.
La chica quiso negarse, pero la vio tan preocupada y con los ojos rebosados por las lágrimas, que aceptó con un asentimiento de cabeza.
Casi diez minutos después, Lauren llegó apurada al vestidor y al no verla, la llamó en voz alta.
_¿Camila?
La menor sacó la cabeza por la puerta de su cubículo y le hizo señas.
_¿Qué sucede? -Inquirió Lauren aún más preocupada al ver que la niña había llorado.
Camila la tomó por la muñeca y la hizo entrar con ella al pequeño espacio, haciéndole una señal con el dedo en los labios para que hablara en voz baja. No quería que las demás compañeras que estaban usando el vestidor las oyeran.
_¿Qué tienes? -Volvió a preguntarle la mayor en un susurro.
_Creo que me ha bajado el periodo. -Le dijo Camila avergonzada y la otra le sonrió aliviada.
_¡Casi me matas de susto! -Le reprochó con suavidad. _Pensé que te había pasado algo realmente malo.
Camila la miró mal. ¿Es que acaso no la había oído bien?
_Te estoy diciendo que me bajó el periodo, Lauren. -Le dijo indignada. _Eso es muy malo.
Lauren se rio por lo bajo, la tomó por los hombros con ambas manos y la obligó a mirarla a los ojos.
_Eso no es nada malo, nena. -Le dijo con cariño. _Somos mujeres, eso nos pasa todos los meses.
Camila resopló fastidiada. Ella no quería tenerlo. No quería sufrir de los cólicos ni de los accidentes con el sangrado como había visto que les sucedía a sus compañeras mayores.
_Supongo que no tienes toallas aquí -Le preguntó Lauren con cara de diversión viendo el berrinche de la menor.
Camila negó con la cabeza y Lauren le pidió que no se moviera. Al instante volvió con un manojo de papel sanitario en la mano y se lo entregó.
_Ponte esto y vístete. -Le dijo y al ver la duda en los ojos de la menor, le explicó: _Es solo mientras subimos al dormitorio, igual tienes que cambiarte las bragas.
Camila suspiró resignada y se giró para vestirse. Lauren salió para darle privacidad y aprovechó para ir con la entrenadora y avisarle que la menor no estaría en el entrenamiento.
Cuando iban en dirección de los dormitorios, Camila que seguía enfurruñada le dijo a su amiga:
_Supongo que ahora me van a salir las tetas.
Lauren no pudo evitar soltar una carcajada.
_Y te van a salir granos en la cara. -Le respondió divertida.
Camila la miró mal y siguió caminando enrabietada.
_La primera vez que a mí me pasó, estaba pasando esos días con mi papá. -Empezó a decirle Lauren. _Cuando le dije que necesitaba que fuera a comprarme toallas sanitarias, me miró con lágrimas en los ojos y me dijo: "Ya te convertiste en una mujercita".
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Seculorum
Fiksi PenggemarUna niña alejada de su entorno familiar es acogida por una adolescente en su nueva escuela y crearán un lazo que no se romperá, ni con el paso de los años o las circunstancias de vida.