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A ver, hace poco salí de la casa de Rubius, pude sacarle algo de información a ese... ahora, tengo que probar con uno de esos 2 que nombró, por que a Luzu no le puedo sacar información boludo.

Caminé un rato por la ciudad, esperando encontrarme con alguno de los 2 con los que quiero hablar, con sapopeta fui un maleducado pero mal, no se si me hable con paciencia. Lo de Vegetta... ni idea donde vive... lo voy a tener que buscar por ahí en alguna parte del pueblo... o ir y preguntarle a El Rubius otra vez...

Constantemente podía cruzarme con alguno de los habitantes de Karmaland, pero no tenían el valor de hablarme, y yo no tenía las ganas.

Ahora que me pongo a pensar ¿Cómo hago para arreglar la relación de alguien sin conocerlos? Osea, soy tremendo boludo.

Betra todavía no me dijo nada, no creo que arregle esa basura de máquina en un solo día.

[Narrador: Omnisciente]

El Azabache caminaba hundido en sus pensamientos, planeando sobre como poner en marcha el plan. Esperaba con ansias cruzarse a Sapopeta o incluso a Vegetta, quienes son los otros 2 que conocen más a Quackity.

Salió de sus pensamientos al escuchar una conversación a centímetros a el.

- ¿Quackity? Quackity está bien. ¿Que te preocupa? - El de rastras le preguntó.

‐ Solo quería saber, hablé con el nuevo habitante y fue raro...- El chico cabello emo sonaba preocupado.

¿De qué están hablando?

El Azabache se acercó, lentamente para no levantar sospechas de que había escuchado la conversación.

- ¡Hola Spreen! ¿Cómo te fue con los Karmaliences? - Preguntó Luzu saliendo de su conversación con Sapopeta. Spreen lo miraba con una expresión fría ¿Por qué traicionaría a Quackity?

- Para el orto. - Dijo sin mucho interés. Esa palabra llamó la atención de Sapopeta ¿Cómo va a ser tan grosero?

Spreen no iba a entrar a la alcaldía, aún seguía buscando a Vegetta. Al tener a Sapopeta enfrente suyo, mirándolo con odio, solo pensó que le quedaba una opción, Vegetta.

Luzu tocó el hombro del de rastras, indicandole que hable con Spreen, los 2 sentían que algo estaba sucediendo con el.

No dio más vueltas y siguió al Oso, a lo que este ya notó que lo seguía.

Spreen estaba mirando al cielo, no se sentía tranquilo, parecía ser un pueblo zombie, pero sin zombies.

- Vaya Spreen, al parecer te ha ido mal tu primer día en Karmaland. ‐ El de rastras le sonrió.

- Y si, para el culo. - Dijo con una cara de totalidad cansancio.

- ¿Tienes a donde vivir o pasar la noche? - El de rastras miró al atardecer.

- Tranqui. Me hago una casa rápido y listo. - Observó al de rastras, sonriendole.

- Está bien. - Se detuvo - ¿Necesitas hablar? - Tocó el hombro del Azabache.

Spreen iba a responder con un no, pero recordó su plan. - Si, si. - Miró hacia todos lados. Si había alguien que los estaba escuchando, no quería que se enteren.

- ¿De qué se trata? - Dijo el de rastras notando la extraña actitud del oso. Algo raro planeaba.

- ¿No hay un lugar donde nadie escuche? - Dijo el Oso algo desconfiado del ambiente. El de rastras sonrió - ¡Claro! Podemos ir a mu fábrica - Dijo este tocando el hombro del oso.

Sapopeta, se dio media vuelta y caminó hacia adelante, el Oso siguió al de rastras. No quería perder la oportunidad.

El viaje era largo, mitad de camino 1 hora. Spreen estaba cansado, su día no era normal y no estaba totalmente consciente de lo que podría llegar a suceder.

- ¿Cómo has llegado a este pueblo Spreen? - Dijo el de Rastras tratando de sacar conversación. Había necesitad de eso, era todo muy silencioso.

- Salí de mi barrio para no estar encerrado toda mi vida ahí y encontré este pueblo - Mintió el Oso. No sabía su revelar información del otro mundo estaba bien, pero creía que ocultarlo era la mejor forma.

El Moreno asintió dudoso. - Empezamos por el pie izquierdo, creo que debemos hablar un poco sobre eso. - Dijo el de Rastras.

- Seh, Discúlpame bro, andaba re confundido y me enojé - El oso se rasgó la cabeza algo avergonzado.

- No te preocupes. - Sonrió el de rastras.

Se veía como una buena persona, su tamaño era algo raro, Spreen se sentía pequeño a su lado. Enano más que nada.

- Che pibe ¿Por qué sos tan grande? - Preguntó el Oso.

- Debe ser de Genética - Respondió.

Finalmente, habían llegado a la gran fábrica... frente a la puerta enorme.

. . .

♡𝔖𝔭𝔯𝔢𝔢𝔫 𝔢𝔫 𝔎𝔞𝔯𝔪𝔞𝔩𝔞𝔫𝔡♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora